Siete veces dentro de un ciclo de 19 años, tenemos un año bisiesto en el calendario hebreo; este es uno de esos años. En vez de añadir un día como ocurre en el calendario gregoriano, añadimos un mes entero antes del mes de Adar, o Piscis. Por eso, lo llamamos Adar I, y el mes siguiente Adar II.
Hay muchas cosas de las que hablar en relación a Adar, pero hay una idea de la que todos los kabbalistas hablan en sus escritos. Dice en el Talmud - Mishenijnas Adar, marbim besimjá, que significa: "Cuando Adar comienza, incrementa nuestra alegría". Por ello, cuando este mes de Piscis comienza, tenemos la habilidad de despertar una tremenda cantidad de alegría. Tanto que casi toda la alegría, felicidad y satisfacción que hemos sentido durante todo el año restante es traída de este mes. Y así, al grado en que seamos capaces de conectarnos con este mes en la misma medida podremos fortalecer nuestro crecimiento y alegría, felicidad, y satisfacción durante el año. Y para conectarnos con este mes, debemos no sólo tener un entendimiento más profundo de lo que significa tener felicidad y satisfacción, sino que, y probablemente más importante, debemos entender que podemos hacer las cosas de manera proactiva para asegurarnos de que nos estamos empujando hacia un proceso de traer más esa alegría y felicidad a nuestra vida.
En algunas de las cartas de Rav Brandwein al Rav, él tiene una larga discusión de su concepto de felicidad. En una de las cartas dice que el concepto de alegría, el concepto de felicidad, es uno de los conceptos más divinos y elevados, y él comparte una sección de un escrito del Arí, Rav Isaac Luria, que le pidió al Rav que leyera una y otra vez hasta que literalmente se convirtiera en algo natural para él.
En esta sección, el Arí señala que muchas veces a lo largo de las escrituras de los kabbalistas y el Zóhar, se dice que si haces ciertas conexiones, serás capaz de atraer ciertos tipos de bendiciones a tu vida. Pero el Arí pregunta: ¿Entonces por qué encontramos que hay personas que hacen estas conexiones y aún así no manifiestan la Luz y las bendiciones que deberían atraer de esas conexiones? ¿Por qué ocurre eso?
La respuesta, el Arí nos dice, es que una persona debería ser capaz de despertar tanta alegría en la acción de su conexión espiritual como pueda imaginar. El tipo de emoción y alegría que esa persona debería tener, dice el Arí, es como si estuviera recogiendo millones de dólares en oro; ese es el nivel de alegría que una persona necesita tener o al menos comenzar a adquirir para poder manifestar los regalos que deben entrar a su vida a través de las conexiones espirituales. Este despertar de alegría, este despertar de un gran deseo tiene que estar en sus acciones. Y luego él dice que si una persona en sus conexiones espirituales es capaz de despertar este nivel de alegría, entonces tiene garantizado que a través de sus conexiones espirituales y trabajo espiritual, despertará la Luz Supernal y todas las bendiciones.
Él dice que es exactamente igual, queriendo decir que una persona podría hacer cinco acciones de conexión, cinco acciones que se supone que traerán Luz a su vida, pero la cantidad de alegría y felicidad interna que tiene mientras está realizando la acción es la cantidad exacta de Luz que recibirá de ellas. Por ejemplo, una persona puede leer el Zóhar durante cinco minutos, pero si de verdad lo hace con emoción y alegría, esa persona atrae bendiciones ilimitadas y Luz a su vida, mientras que otra persona puede leer el Zóhar durante cinco horas sin alegría, y así, hay una cantidad muy limitada de Luz que puede atraer a su vida.
Siempre es emocionante cuando puedo compartir algo que mi padre, el Rav, recibió de su maestro, y este es el inicio de uno de esos aprendizajes: Que sin despertar constantemente e incrementar el nivel de alegría, felicidad, emoción y felicidad en nuestro trabajo espiritual, simplemente limitamos la cantidad de Luz que podemos atraer. Este es un concepto importante no sólo para entenderlo, sino también para vivirlo, especialmente mientras entramos a los meses de Adar.