Cuando somos jóvenes, nos sentimos orgullosos al hacer las cosas nosotros mismos (atarnos las agujetas de los zapatos, montar una bicicleta, volar una cometa). Los grandes nos aplauden por ser tan independientes. Tenemos la impresión de que los logros de la vida sólo merecen reconocimiento si se alcanzan en solitario. Esto no podría estar más alejado de la verdad.
¿Qué habría inventado Wilbur Wright sin la ayuda de su hermano, Orville? Juntos, los hermanos Wright crearon el primer aeroplano que podía volar por más de 30 minutos y cambiaron la historia de los medios de transporte para siempre. Y ¿Quién podría imaginar a Ben Cohen sin Jerry Greenfield? Estos exitosos socios de negocios incorporaron la responsabilidad social en la industria de producción de lácteos cuando crearon Los Helados de Ben y Jerry, ahora una compañía de aperitivos estadounidense. El Rav y Karen Berg hicieron que la sabiduría de la Kabbalah fuese ampliamente accesible. Sin el trabajo de sus vidas, la Kabbalah permanecería aún oculta. Haciendo a un lado los dúos dinámicos de la vida real, ¿qué hace que una asociación valga la pena?
No sólo necesitamos compañía para desarrollarnos emocionalmente, nuestras almas prefieren sistemas de compañeros en cuanto a crecimiento espiritual se refiere. Todos necesitan amigos, pero la compañía espiritual es más que alguien con quien disfrutas horas alegres. Es una persona que puede delatar tu engaño, que te desafía a crecer, es alguien con quien te sientes seguro y en quien puedes confiar. La entrenadora de vida y bienestar, Gabrielle Bernstein, se refiere a tal persona como “un compañero de carrera espiritual”. Ellos son “las personas con las que puedes chequear si estas teniendo una crisis de ego, alguien con quien puedes reconocer tu ego, alguien a quien puedes llamar para orar… personas que te ayudarán a crecer en tu conexión espiritual”. Tus compañeros espirituales crean una red de apoyo para ayudarte a atravesar las transiciones de la vida, realizar cambios y crecer.
El Creador nos envía compañeros espirituales potenciales que vienen en todas las formas, por ejemplo: amigos, hermanos, maestros o mentores. Pero a veces no reconocemos el valioso lugar que estas personas tienen en nuestra vida o no mostramos gratitud por ellos. Michael Berg explica esto en Secrets of the Bible (Los secretos de la biblia): “Cuando no estamos conscientes de esas personas en nuestra vida que nos mantienen tanto física como espiritualmente, no apreciamos la asistencia que nos dan. Es sólo cuando estas personas son quitadas o salen de nuestra vida que comenzamos a darnos cuenta de lo mucho que las necesitamos”.
En el capítulo bíblico de Mikets, Yosef continúa su viaje en Egipto luego de haber sido vendido como esclavo por sus hermanos. La historia ilustra lo importante que son las conexiones espirituales para nuestro crecimiento, éxito y bienestar. Los kabbalistas enseñan que los doce hijos de Yaakov fueron canales de la Luz del Creador destinados a unir la Luz dispersa en el mundo. Cuando Yosef fue separado de sus hermanos, hubo un cambio en la energía. “Cuando Yosef fue vendido primero como esclavo, todos sus hermanos comenzaron a flaquear espiritualmente”, dice Michael Berg. “Ellos no sabían por qué, pensaban que el momento era sólo una coincidencia. La razón es que Yosef era la fuerza que los mantenía juntos y los elevaba”. Juntos podían crecer, pero separados tenian que batallar.
Al final, Yosef ganó una posición como la mano derecha del Faraón, ayudándolo a gobernar Egipto. Ocurrió que una hambruna que Yosef había previsto sucedió en la tierra. Sus hermanos sufrían y fueron (todos excepto uno) a Egipto a recibir raciones de comida. La apariencia externa de Yosef había cambiado tan drásticamente que ellos no pudieron reconocerlo. Sin embargo, él sí los reconoció inmediatamente.
Cuando Yosef fue separado de sus hermanos, Benjamín tomó su lugar espiritualmente. No era una unión perfecta, pero él facilito la lucha de la familia y los unió. Yosef estaba al tanto de esto. Cuando vio a sus hermanos, diseñó un plan para ayudarlos a darse cuenta de cuán vitales eran cada uno de ellos. Yosef les dijo que les surtiría la ración de comida si traían al hermano que faltaba frente a él.
Ellos regresaron con Benjamín y Yosef lo arrestó por “robar” una copa de plata (Yosef había arreglado que la copa fuese colocada en secreto dentro de la mochila de Benjamín). Como castigo, Yosef les dice a Benjamín y sus hermanos que el “ladrón” tendría que permanecer en Egipto como esclavo. Los hermanos estaban desconsolados con la idea de perder a otro hermano y declararon que ellos irían a servir junto a Benjamín. Impresionado por la manifestación de lealtad hacia Benjamín, Yosef reveló su verdadera identidad a sus hermanos y lloraron de alegría por estar nuevamente reunidos.
Nuestra red de apoyo espiritual es una fuente vital de Luz en nuestra vida. La verdad es que somos más fuertes juntos de lo que somos separados. “Cada uno de nosotros tiene personas que aprecia en la vida”, dice Michael Berg, “pero hay otros que nos asisten en formas físicas y espirituales y hacia quienes no tenemos suficiente apreciación, o quizás ninguna apreciación en lo absoluto. Si no despertamos gratitud hacia ellos, nuestras relaciones con ellos flaquearán y se romperán”. Las relaciones espirituales requieren trabajo. Las nutrimos y mantenemos con vida y fuertes a través de la gratitud.
Toma tiempo para considerar a la personas en tu vida que forman tu red de apoyo espiritual. ¿Quiénes son tus “compañeros espirituales de carrera”? Levanta el teléfono o envíales un correo electrónico para hacerles saber lo agradecido que estás porque ellos estén en tu vida. La probabilidad es que ellos también se sentirán agradecidos por ti.