Durante Rosh Hashaná esperamos haber eliminado la mayoría de nuestros aspectos negativos, y en Yom Kipur tenemos la oportunidad y la capacidad de alcanzar una unión total con la Luz del Creador. Aunque no siempre podamos estar tan conectados como lo estamos en estos días, toda esa maravillosa Luz nos acompañará el resto del año. Por lo tanto, el trabajo que sigue es entender que no podemos regresar a quienes éramos antes, porque entonces regresamos al caos y a la negatividad que existía previamente; para poder asegurar la conexión, las bendiciones y la eliminación de la negatividad, debemos permanecer en una conciencia elevada.
"Cada bloque debe convertirse en una abertura".
Una forma para permanecer en este estado de elevación es a través de un concepto que siempre he considerado muy hermoso. Proviene de una sección del Zóhar explicada por Rav Áshlag y a la cual se refiere como “Las cerraduras, las puertas y las habitaciones”. Hay momentos en nuestra vida que son muy emocionantes y en los que sentimos que todo está abierto para nosotros, es como si entráramos en una habitación, una enorme habitación llena de felicidad y plenitud. También existen momentos en los que sentimos que nada está abierto para nosotros, como si todas las puertas frente a nosotros estuvieran cerradas y todo estuviera saliendo mal. Algunas veces, sentimos todo esto en un mismo día, podemos sentir que todo está cerrado, podemos sentir aperturas y también podemos sentir que hemos entrado en una amplia habitación.
La mayoría de nosotros pensamos que esas tres realidades son cosas completamente separadas; que si enfrentamos una cerradura, debemos alejarnos y buscar una apertura en un lugar diferente. Sin embargo, Rav Áshlag enfatiza la importancia de entender que la cerradura no se encuentra en un lugar diferente al de la apertura. La puerta cerrada y la puerta abierta no están separadas, ellas son de hecho la misma energía. Muchas veces llegamos a lugares o situaciones difíciles en nuestra vida, lugares en los que nos sentimos completamente bloqueados y solo queremos darle la vuelta o encontrar una vía de escape a esa situación. Lo que no entendemos en esos momentos es que cada bloqueo necesita convertirse en una apertura y que en toda cerradura está la entrada. Solo en la habitación que hemos abierto al hacer el esfuerzo de abrir la cerradura es que encontraremos bendiciones y Luz.
"Vinimos a este mundo no solo para esquivar bloqueos y desafíos, sino para esforzarnos cuando se vuelvan difíciles".
Rav Áshlag nos pide que recordemos estas palabras: “Ninguna cerradura es igual. Cada cerradura es única y perfecta para una Luz específica que necesitas ahora, que tu alma necesita ahora, que tu vida necesita ahora. Ningún desafío es el mismo. Ninguna duda es la misma. Todas fueron perfectamente creadas para ser transformadas en una apertura, para ser transformadas en una puerta”. Vinimos a este mundo no solo para esquivar bloqueos y desafíos, sino para esforzarnos cuando se vuelvan difíciles. Cada cerradura ha sido creada especialmente para que pueda llevarnos a una apertura única, y a cada uno de nosotros se le da cierta cantidad de cerraduras que debemos abrir en nuestra vida; y una vez que las abrimos, completamos el propósito por el cual nuestra alma vino a este mundo. Y en un nivel más profundo y global, cada vez que transformamos una puerta cerrada en una apertura, damos a otros la misma habilidad, ya que hemos abierto una habitación para la humanidad y no solo para nosotros. Cuando hacemos esto, cada una de estas cerraduras se convierte en una puerta de justicia, una puerta a través de la cual nosotros —y el mundo— podemos pasar.
Cuando visualicemos nuestra vida futura después de Rosh Hashaná y Yom Kipur, debemos recordar este concepto de cerraduras, puertas y habitaciones con la finalidad de verdaderamente manifestar las bendiciones y las conexiones que recibimos. Al comenzar nuestro nuevo año, y durante el mismo, debemos recordar nunca esquivar una duda, un desafío o dificultad, sino enfrentarlos y pedir a la Luz la fortaleza para poder lograrlo.