Esta semana estamos celebrando Sucot, una hermosa ventana cósmica de tiempo en la que la energía de protección, misericordia, bondad y alegría está disponible para nosotros en abundancia. Es una apertura de lo que los kabbalistas llaman Or Makif, que significa “Luz circundante”. Esta representa nuestro potencial para la grandeza, todas las cosas maravillosas que tenemos para lograr y dar, pero que todavía necesitamos manifestar en nuestra realidad. La Torá describe Sucot como “la fiesta de la recolección” o cosecha. Si bien literalmente se refiere a la cosecha de cultivos, en los tiempos modernos es intercambiable con la cosecha de abundantes bendiciones y regalos.
No podemos conectarnos completamente con la abundancia y el poder de Sucot sin estar abiertos a pensar de una manera diferente. Requiere un cambio. Una forma en que la observancia de Sucot nos ayuda a cambiar nuestros pensamientos es al cambiar nuestro entorno. Por ejemplo, en preparación para Sucot, se construye una Sucá: una estructura temporal, como una choza, con un techo generalmente hecho de ramas. Comer, socializar, oraciones y conexiones se llevan a cabo en la Sucá. Los hombres y los niños suelen dormir ahí por la noche.
Lo que me parece tan interesante de muchas de las tradiciones kabbalísticas es lo inteligentes que son. Rav Áshlag lo expresó así: “Una vez que hemos escogido un entorno, estamos sujetos a él como la arcilla en manos del alfarero”. Nos dejamos influenciar por el entorno en lugar de nosotros ser la influencia.
El ámbito emergente de la psicología ambiental se centra en cómo nuestro entorno cambia los patrones de pensamiento y, en consecuencia, el comportamiento. Sin lugar a dudas, la cama en la que nos despertamos, si conducimos al trabajo o no, qué tipo de trabajo hacemos y con quién interactuamos a diario influyen en nuestros pensamientos. La ciencia nos dice que tenemos entre 12 000 y 60 000 pensamientos al día y que el 95 % son los mismos pensamientos repetitivos que el día anterior. Los pensamientos se convierten en nuestras acciones y, juntos, crean nuestra realidad. Puedes ver cómo cambiar nuestros pensamientos claramente conduciría a un cambio en nuestra realidad, ¿cierto?
En un estudio realizado por el Journal of Personality and Social Psychology (Revista de psicología social y de la personalidad), un gran grupo de estudiantes universitarios alemanes recibió un inventario de personalidad para medir los “cinco grandes” rasgos de personalidad. Los rasgos evaluados fueron extraversión, amabilidad, apertura a la experiencia, escrupulosidad y estabilidad emocional. La mitad de los estudiantes se quedaron en Alemania y la otra mitad estudió en el extranjero durante al menos un semestre. Los estudiantes que fueron al extranjero mostraron un marcado aumento en las áreas de apertura, amabilidad y estabilidad emocional cuando fueron reevaluados después de regresar a Alemania.
Cuando cambiamos nuestro entorno, no solamente cambiamos nuestros pensamientos y comportamientos, sino también nuestros rasgos básicos de personalidad y no solo temporalmente. Estos cambios son duraderos y producen cambios igual de duraderos en nuestra vida.
Entonces, durante Sucot, nos sentamos en una tienda de campaña durante una semana. ¡Muy inteligente!
Todos queremos alegría y abundancia. La mayoría de nosotros deseamos estar a la altura de nuestro potencial de grandeza y alcanzar todas las metas que nos hemos propuesto. Pero no vamos a llegar allí si tenemos el 95 % de los mismos pensamientos todos los días. Si bien no todos podemos reservar de inmediato unas vacaciones o un retiro, podemos salir a caminar, hacer algunas llamadas telefónicas en la naturaleza o tomar un camino distinto la próxima vez que nos subamos al automóvil. Los cambios más pequeños en nuestro entorno pueden conducir a un cambio en nuestros pensamientos.
Sucot nos ofrece una poderosa oportunidad para acceder a la Luz circundante y cosechar bendiciones, pero requiere que nos abramos al cambio, tanto interna como externamente. A medida que entramos en este tiempo sagrado, acojamos la sabiduría de cambiar nuestro entorno, sin importar cuán sutil sea, creando espacio para nuevos pensamientos y experiencias, y manifestando nuestro verdadero potencial.