El alma es altruista porque, al igual que el Creador, solo tiene un deseo: compartir.
Después del pecado del becerro de oro, el Creador quería destruir al pueblo; en esencia, presionar el botón de reinicio y comenzar de nuevo. Moshé desafió a Dios, le dijo: “Si provocas la destrucción de este pueblo, destrúyeme a mí también. Borra mi nombre de Tu Libro”. Dios no destruyó al pueblo, pero el nombre de Moshé fue borrado de la porción de esta semana, el capítulo de Tetsavé.
A nivel superficial, parecería que el Creador estaba castigando a Moshé al no incluir su nombre aquí. Sin embargo, aprendemos del Zóhar que en realidad es lo contrario.
"No hay mejor momento que el presente para volvernos más altruistas."
Uno de los principios kabbalísticos difíciles de entender es: Lo que está oculto es más poderoso que lo que está revelado. Así como el nombre de Moshé no es nombrado en la porción de esta semana, el nombre de Dios no aparece en el Pergamino de Ester que leeremos en la festividad de Purim. ¿Acaso la omisión del nombre de Dios significa que Dios no está en este pergamino? Al contrario, el Zóhar nos enseña que Purim será la única festividad que permanecerá después de la Corrección Final. Que el nombre de Dios no sea mencionado en el pergamino de Ester es una señal de la presencia infinita de Dios y la abundancia de Luz que está disponible. Lo que está oculto está aún más disponible y es más eterno.
La exclusión del nombre de Moshé en este capítulo no es un castigo para Moshé, sino un regalo para nosotros de parte del Creador. La verdad es que tenemos más presencia de la esencia de Moshé en este capítulo con respecto a cualquier otro. En la porción de esta semana, Moshé estaba dispuesto a sacrificarse completamente por el bien del pueblo. ¿Te imaginas? No creo que muchos de nosotros podamos enfrentar a las voces de autoridad en nuestra propia vida, ¡mucho menos al Creador! Moshé no buscaba apaciguar a Dios, ni Dios esperaba servilismo de su parte. El propósito de su alma era ayudar a la humanidad y, al enfrentar al Creador, cumplió con su destino y lo que Dios deseaba para él. Si el amor es altruismo, entonces seguramente Moshé era la personificación del amor en este capítulo.
Con la unión de esta porción de Tetsavé con la festividad de Purim, hay una energía del amor infinito de Dios por la humanidad, el cual se extiende por el cosmos en este momento. No hay mejor momento que el presente para comprometernos con el trabajo espiritual de volvernos más altruistas.
No, ninguno de nosotros está destinado a ser Moshé, pero sí estamos destinados a ser la mejor versión de nosotros mismos. Alcanzamos ese potencial cada vez que expandimos nuestra capacidad de hacer que ayudar a la humanidad sea nuestra prioridad. Cada vez que elegimos el altruismo en lugar del egoísmo, la Luz de nuestra alma y la Luz del Creador brillan mucho más intensamente en el mundo.