Este artículo fue publicado anteriormente en 2020
Hay una paradoja fundamental de la que hablan los comentaristas cuando se refieren a la porción de Jukat y el proceso de eliminar el Tumat HaMet, la impureza de la muerte, de alguien que había estado cerca de un cadáver o lo había tocado. Había dos ingredientes principales en la mezcla que se usaba para eliminar la fuerza de la muerte: restos de la quema de la Pará Adumá, la Vaca Roja, y el agua viva. Eran mezclados y rociados de cierto modo y en determinados días sobre la persona que se había vuelto impura por la muerte, de ese modo se eliminaba esa impureza. Sin embargo, aunque la persona que originalmente estaba impura se volvía pura a través de este proceso, la persona que purificaba e inicialmente era pura se volvía impura. Esta es la paradoja.
"Las fuerzas espirituales sólo pueden afectar a sus opuestos. "
A lo largo de generaciones, los kabbalistas han preguntado por qué, si esta mezcla trae pureza al impuro, vuelve impura a la persona pura. Ha habido muchas respuestas diferentes para esta pregunta, pero hay algo muy hermoso que dijo uno de los estudiantes del Maharal y que yo quiero compartir, algo que considero que es un entendimiento fundamental para nuestro trabajo espiritual. Él usa el ejemplo de la fruta que puede estar pura o impura; si una persona impura toca una fruta, la fruta adquiere esa energía. Pero la fruta sólo puede volverse impura si primero es tocada por el agua. Si no ocurre eso, aunque una persona impura la toque, no puede volverse impura. ¿Por qué?
Sabemos que el agua representa la pureza y el estudiante del Maharal dice que las fuerzas espirituales sólo pueden afectar a sus opuestos. Por lo tanto, la fuerza del agua, el opuesto de una persona que está conectada con la muerte, purificará a dicha persona. Mientras que, por el otro lado, la persona pura no es afectada por el agua, pero la quema de la Vaca Roja la conecta con la impureza (el opuesto de su estado actual) y despierta dicha impureza en su interior. Cada fuerza, como lo vemos, tiene una influencia en la persona que está en su estado opuesto.
Así pues, lo que él enseña sobre esto no es sólo un entendimiento importante, sino también da respuestas a muchas preguntas sobre por qué a veces en nuestro trabajo espiritual no siempre vemos la manifestación de lo que deberían traernos las herramientas. Como ya hemos dicho antes, la herramienta más poderosa que tenemos para traer Luz, bendiciones y transformación es el Zóhar. No obstante, si entendemos esta enseñanza, sabemos que para que la Luz del Zóhar, esta poderosa fuerza espiritual, nos afecte, necesitamos tener un entendimiento verdadero del estado de impureza interior en el que estamos. Por ejemplo, si una persona está en un estado de relativa elevación y otra está en uno muy bajo, la Luz del Zóhar tendrá un mayor efecto en la persona que se encuentra en el estado bajo porque la Luz del Zóhar es la Luz de pureza suprema y sólo afectará a la persona que se encuentre en el estado opuesto. Tendrá poca o ninguna influencia sobre alguien que esté o en su conciencia crea estar en el mismo nivel. Tal y como dijimos, esto también ocurre a la inversa: las fuerzas de impureza sólo afectan a quienes están en un nivel superior, mientras que las fuerzas de pureza sólo afectan a quienes están en un nivel inferior.
"Hay mucho más que necesitamos elevar y transformar."
Cuando de verdad entendemos esto, comenzamos a notar por qué, aunque estemos haciendo mucho trabajo espiritual, asistiendo a Shabat, conectándonos con el Zóhar y demás, el resultado o el efecto no es tan grande como debería ser. La persona que viene de cero, que en su conciencia cree necesitar esta sabiduría y está situada en el lugar opuesto a ella, será afectada por esta sabiduría en gran medida. Pero la Luz y estas herramientas tendrán menos efecto en la persona que cree tener sabiduría.
Para nosotros esto significa que si queremos que cada Shabat, cada vez que hagamos una conexión o cada vez que leamos el Zóhar tenga una influencia real, tenemos que sentir que estamos en un lugar opuesto a la Luz y la sabiduría, y desde allí es de donde podremos elevarnos. Sin embargo, si nos decimos: “Ah, sí, tendré un poco más de Luz en este Shabat o a través de esta conexión… está bien, es agradable, obtendré un poco más”, entonces obtendremos algo de Luz, pero el efecto será mucho menor que si tuviésemos el entendimiento de que hay mucho más que necesitamos elevar y transformar.
Las fuerzas de pureza, ya sean los Shabat, la Pará Adumá, el Zóhar o las demás, tienen el máximo efecto sobre las personas que en su conciencia sepan que están en el lugar opuesto a esa Luz y esa fuerza. Por lo tanto, en Shabat Jukat y siempre, seamos el opuesto de la Luz para que esta genuinamente pueda tener el máximo efecto sobre nosotros.