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La salud y el bienestar de la humanidad

Rav Berg
Agosto 15, 2016
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El estrés, la depresión y los trastornos mentales son las plagas imperceptibles del nuevo siglo. ¿Qué son estas enfermedades? ¿De dónde vienen? ¿Cómo se puede curar algo que no se puede ver? El Kabbalista Rav Berg habla del verdadero origen del estrés, revela la conexión entre la depresión y la reencarnación, y da una solución kabbalística para toda forma de oscuridad.

Durante esta Era de Acuario, cada uno de nosotros está en un viaje hacia el mejoramiento de su vida diaria y la expansión de su conciencia. Todos estamos en este viaje sin importar si nuestra mente racional y consciente está de acuerdo. Y lento pero seguro, las nubes de ilusión se están disolviendo y son menos imponentes. Ya que al final de este viaje sólo hay una verdadera realidad: la Luz.

Muchas investigaciones sugieren que muchos de los problemas mentales y físicos de la actualidad se originan en el estrés de la vida diaria.

Si el estrés es la causa de nuestras afecciones, eso nos lleva a preguntarnos: ¿cuáles son, entonces, las verdaderas causas del estrés?

Las úlceras son un clásico ejemplo de enfermedades relacionadas con el estrés. El estrés también interfiere con los patrones de sueño sanos. El estrés es responsable de la degradación de los biorritmos naturales de los cuales tan urgentemente depende la salud. Algunos investigadores médicos incluso sugieren que toda enfermedad se origina por problemas relacionados con el estrés.

Usualmente, cuando los investigadores intentan explicar las tensiones del estrés, en realidad describen alguna condición o situación que causa tensión: dificultades financieras, problemas familiares, inseguridad laboral y muchas otras cosas son propuestas como razones subyacentes de estrés. Sin embargo, esta no es una definición sólida de lo que realmente es. Definir el estrés es distinto a definir nuestra reacción ante un aspecto de nuestro mundo físico, el mundo ilusorio de los cinco sentidos.

Quizá este error proviene de una necesidad de encontrar la causa del estrés en el mundo material, donde puede ser sujeto de experimentos de laboratorio. No obstante, la realidad del estrés tiene mucho que ver con el mundo metafísico. Si la preocupación es simplemente una actividad de resolución de problemas, entonces ¿por qué la preocupación nos lleva a ansiedad emocional? Las conclusiones de Werner Heisenberg, físico y ganador del premio Nobel, respondieron a este dilema a través de su trabajo sobre el “principio de incertidumbre”. Dicho simplemente, este principio establece que nunca podemos confiar plenamente en nuestros sentidos, lo que percibimos es una realidad cuestionable. Esta falta de certeza en este mundo es lo que desata la preocupación, el miedo y la ansiedad en la mayoría de nosotros.

Desde un punto de vista kabbalístico, entender el origen y la naturaleza del estrés y la reacción propicia ante éste debe estar más allá de los mecanismos fisiológicos del cuerpo. La mayoría de los investigadores clínicos afirma que tanto las reacciones físicas como las emocionales que producen ese “algo” llamado estrés son provocadas por “un estímulo” de los mecanismos del cuerpo. Ellos creen que cuando la gente está estresada, el cuerpo responde activando lo que los profesionales de la medicina consideran que son mecanismos de defensa, por ejemplo, aumento del ritmo cardíaco y presión arterial, además de otros cambios físicos que ocurren para ayudar al cuerpo a defenderse. Entonces, ¿el estrés es algo que se origina fuera de nosotros? ¿Es el resultado de una condición incómoda? Si nuestro corazón comienza a latir más rápido durante una película de terror, ¿la película es el factor causante y el estrés la condición que nuestro cuerpo sufre durante la exposición a esta película? O ¿el estrés es algo interno que estimula los nervios y causa una reacción en cadena?

Esta es la característica no física particular del estrés. El llamado estrés psicológico de relaciones infelices, tratado por muchos profesionales como un estrés causado por interacciones sin éxito, aún es considerado sintomático desde un punto de vista kabbalístico. El estrés provocado por elementos externos o físicos, como conflictos con el jefe o la suegra, no es inherentemente más estresante que ver una película. Una suegra no es un pariente inherentemente estresante.

Nos referimos a la gente (madres, padres, socios) como la fuente de las enfermedades psicosomáticas. Pero desde un punto de vista kabbalístico, estas personas no pueden ser consideradas como el origen del estrés. Según la Kabbalah, considerar que el estrés es una situación en la que la mente malinterpreta un suceso externo como desfavorable o peligroso es una extensión del enfoque biomédico de las enfermedades físicas.

La inteligencia, la mente y el cerebro también son componentes de un sistema corporal físico/material integrado. Por lo tanto, un diagnóstico parcial de sólo el cuerpo físico o el funcionamiento cerebral será inútil al momento de determinar la causa del estrés.

Estos factores no son los sucesos críticos del estrés ni las reacciones del estrés. Los sistemas intelectuales de la humanidad, interactuar con el desempeño personal y la actividad emocional además de la inmensa cantidad de misteriosas funciones de la mente cuando crea incomodidad, ansiedad o preocupación como una expresión de reacciones de estrés, no pueden ser incluidos en la definición kabbalística de estrés. Esta definición común no es válida.

Además, a pesar de numerosos estudios que parecen indicar que el estrés prolongado suprime el sistema inmune del cuerpo, justamente ese vínculo entre estrés y enfermedad sigue sin ser determinado. El completo reconocimiento del principio de incertidumbre traerá un gran cambio en la investigación médica. La preocupación no sólo yacerá en los síntomas y probabilidades, sino en un cuidadoso estudio del origen del estrés como lo propone la perspectiva kabbalística de la realidad.

Con el fin de aumentar nuestro entendimiento de la Era de Acuario y el nuevo milenio, debemos preguntar qué pasó con la tan promocionada Era de Acuario y su promesa de “armonía y entendimiento, comprensión y amor abundante”. Aún estamos llenos de conflictos y caos, y no estamos cerca de la eliminación del caos de nuestra vida. Aunque la comunidad científica nos dice, tal y como se muestra en los periódicos, que se lograrán importantes progresos en la siguiente década.

Desde el punto de vista kabbalístico de la realidad, la historia fundamental de nuestro universo es en realidad la historia de las almas que regresan. En efecto, ningún misterio del universo es tan desconcertante como el comportamiento repetitivo de sus habitantes.

EL VERDADERO ORIGEN DEL ESTRÉS

El estrés, tal y como lo entienden los kabbalistas, se origina mucho más allá del mundo físico. Mientras que la ciencia médica ha llegado a ver el estrés como una condición negativa, los kabbalistas ubican su origen en la imperiosa naturaleza de la Luz del Creador, la cual será revelada en esta Era de Acuario. El estrés que tenemos en realidad es la Fuerza de Luz que presiona a la humanidad para eliminar la enfermedad y otras formas de caos.

Esto puede lograrse sólo cuando elegimos hacer de la Fuerza de Luz un factor dominante en nuestra vida. La Luz no puede coexistir con la oscuridad. La oscuridad es el término que los kabbalistas usan para referirse a todas las formas de interferencia caótica. Por lo tanto, nos conviene incrementar nuestra capacidad de alcanzar la Fuerza de Luz y expandir la receptividad de nuestra conciencia. Al hacerlo, podemos permitirle a la Fuerza de Luz entrar en nuestra esencia y, por consiguiente, eliminar la oscuridad interior.

La solución ciertamente no es la eliminación de la Fuerza de Luz o la reducción de su intensidad. Este enfoque no considera la manera de expulsar a la oscuridad de nuestro estado físico y mental. La única solución, según el Zóhar (el Libro del Esplendor, texto central de la Kabbalah), es la infusión de la Fuerza de Luz de Dios en nuestra mente, cuerpo y entorno.

VULNERABILIDAD Y SISTEMA INMUNITARIO

El Zóhar hace una afirmación asombrosa, dice que el mal funcionamiento de varios órganos del cuerpo no es el factor determinante del fin de la vida. La raíz y origen de toda enfermedad (y la muerte, en última instancia) es la energía contraria a la Fuerza de Luz, llamada Satán por los kabbalistas. Esta expresión es un nombre código para la fuerza de oscuridad, el vacío creado por la separación y desconexión de la Luz del Creador. No es el nombre del personaje comúnmente conocido como el diablo.

Cuando un individuo se vuelve vulnerable y crea una apertura debido a una desconexión de la Luz, crea un espacio para que entre Satán. Luego, sólo en ese momento, la persona se embarca en un viaje de salud deficiente. Después de que el Satán entra, designa un área particular del cuerpo a través de la cual se puede manifestar.

Por ejemplo, si alguien tiene problemas del corazón, es un resultado directo de que Satán haya elegido ese órgano para manifestar su energía negativa. Si una persona muere como resultado de una falla cardíaca, no fue debido a ningún otro factor que la esencia caótica del Satán infiltrándose en el cuerpo.

Mientras que la investigación médica aún no haya encontrado una explicación adecuada para la causa de la mayoría de las enfermedades degenerativas, parte de cualquier investigación debe, a fin de cuentas, tratar el tema de la vulnerabilidad.

Para entender la enfermedad, tenemos que considerar no sólo lo que la causa sino por qué otras personas logran evitarla en primer lugar. Todos estamos abiertos a las enfermedades. No obstante, esto no significa que todos nos enfermaremos. El sistema de defensa del cuerpo es tan poderoso y efectivo que la mayoría de las personas expuestas a enfermedades contagiosas mantienen su salud. Este es el serio dilema que enfrenta la investigación médica. Por un lado, el cuerpo lucha contra elementos extraños y luego los destruye. Por otro, con el mismo sistema de hipertermia [fiebre], el mecanismo de defensa del cuerpo no logra combatir y eliminar al enemigo interno oculto.

La vulnerabilidad es la explicación kabbalística. Todos, en algún momento, hemos pasado por la supresión de nuestro sistema inmunitario, la defensa natural del cuerpo contra la enfermedad. El cosmos, en momentos definidos, ataca y suprime nuestro mecanismo de defensa. El sistema inmunitario del cuerpo, que vigila de cerca a toda célula anómala y luego la mata, puede ser inhibido por influencias cósmicas negativas. El asunto importante aquí es la presencia de una influencia oculta que crea susceptibilidad.

Las enseñanzas kabbalísticas muestran cómo podemos evitar los momentos de vulnerabilidad en el sistema de defensa del cuerpo. Pensemos por un momento en los peligros ambientales. La supervivencia de toda nuestra civilización depende de la habilidad de la humanidad para reconocer que la actividad humana influye bastante en todo nuestro entorno. La perspectiva kabbalística de nuestro universo es muy similar a la de la mecánica cuántica. Si nos abstenemos de actuar de manera negativa hacia la naturaleza, entramos en armonía con lo que nos rodea en este mundo, con el cosmos como un todo y con nuestros congéneres.

No obstante, ¿qué ocurre si las demás personas no sienten ni ven la necesidad de mejorar nuestra atmósfera natural y cósmica? ¿Cómo podemos evitar que nos afecte la influencia de su actividad negativa? Para lograr un equilibrio dinámico con nuestro entorno, las enseñanzas kabbalísticas nos dan las medidas preventivas necesarias para que los estímulos negativos no influyan en nosotros ni nos volvamos vulnerables a ellos.

Nuestras respuestas al entorno requieren de nuestra participación. Tenemos un papel importante y activo en la restauración de un estado de equilibrio dinámico. Podemos protegernos para que las energías-inteligencias negativas no invadan nuestro espacio; ya sea el espacio de nuestro propio cuerpo o el de la autopista por la que vamos conduciendo, o de encontrarnos con un conductor ebrio o con un alimento dañino en nuestra mesa.

PENSAMIENTO, MENTE Y CONCIENCIA

Para llegar a una perspectiva tan completa, los kabbalistas desarrollaron no sólo refinados análisis diagnósticos del cosmos, sino también el arte singular de la meditación kabbalística que provee una conexión de la actividad mental con el cuerpo físico y el universo. Los 13 mil millones de células cerebrales interconectadas hacen que sea casi imposible ubicar los circuitos exactos a través de los cuales opera la conciencia. Aunque físicamente el cerebro pese unos cientos de gramos, su capacidad para el conocimiento y la información, junto a su capacidad única de cambiar, está muy por encima de la computadora más grande.

A pesar de muchos avances científicos, una vasta, y quizá infranqueable, brecha sigue presente en nuestro entendimiento del proceso físico del sistema nervioso, el pensamiento y la conciencia. Aunque podamos investigar ciertas conexiones y correlaciones entre los fenómenos físicos y los procesos mentales, la naturaleza del vínculo entre mente y materia sigue siendo un misterio desconocido por la investigación científica. Es arrogante asumir que el misterio de la conciencia será revelado por métodos analíticos convencionales. Quizá un día los científicos tendrán modelos de cómo los impulsos crean pensamiento, tal y como el pensamiento de una madre: “Qué maravilloso y encantador es mi bebé”. Pero ese día aún parece lejano. Muchos investigadores científicos del cerebro y el sistema nervioso han llegado finalmente a darse cuenta de que hay una cualidad de la mente-cerebro que trasciende la biología. Aunque la ciencia contemporánea ha descartado el dualismo del cuerpo y la mente, la investigación del cerebro ha dejado a la ciencia asombrada con la mente.

¿Cómo ve la Kabbalah el misterio de la mente? El cerebro y el cuerpo son entidades físicas y están conectadas físicamente. Debido a este hecho, la ciencia médica y la psicológica explican fácilmente el efecto de la mente-cerebro en el comportamiento y las funciones del cuerpo. Muchos investigadores concluyen que la mente y todas sus funciones, como la conciencia y el pensamiento, realmente sólo son combinaciones integradas de las actividades físicas del cerebro. Dan lugar a los recuerdos, las percepciones y la capacidad de las células nerviosas y neuronas de cambiar con la experiencia y ejecutar mecánicamente modos de comportamientos impresos en el cerebro.

Sin embargo, estas conclusiones son meras especulaciones, ya que no hay evidencia de que el origen de la mente esté en el funcionamiento de las células y nervios cerebrales. Lo que siempre desafía toda explicación es la manera en la que la información percibida por nuestros receptores neuronales converge en el cerebro para volverse el sujeto y esencia del pensamiento. Aparte de esto, la ciencia en general trata a la mente como inalcanzable, incluso la sitúan más allá del alcance de la investigación científica. Ellos dicen que la mente simplemente es el producto de la actividad mecánica del cerebro. La ciencia habla mucho del cerebro, pero dice poco, si acaso, de la mente. No puede explicar cómo funciona la mente, cómo expandirla y cómo podemos usarla de manera más eficiente.

La verdad es que las funciones mentales no son determinadas por los mecanismos precisos y organizados de las conexiones neuronales del cerebro, por consiguiente, no pueden justificar cada una de las actividades y fenómenos de la conciencia. Allí es donde la psiquiatría médica falla en resolver nuestro dilema de salud mental. La información científica existente indica que la mente es más que una entidad que puede ser explicada a través del funcionamiento del cerebro físico.

La capacidad del cerebro para guardar información y recordarla cuando se quiere aún sigue siendo un misterioso fenómeno. Las bases de recuerdos del cerebro están llenas de información de toda experiencia de vida. Las operaciones del cerebro para mantener los datos en secuencia ordenada por relevancia son sorprendentes en su complejidad. También lo es la capacidad de la mente para tener conciencia de sucesos pasados y recordar información pertinente sobre estas cosas desde su ilimitado banco de memoria.

Al igual que la computadora más sofisticada, la mente tiene la capacidad de activar el banco de memoria para producir un concepto. Nuestra mente consciente identifica alguna cualidad relacionada con un concepto y luego ordena y dirige la búsqueda de la palabra o frase correcta. Los conceptos aparecen completos y son coherentes. Luego están los fenómenos abstractos de la mente-cerebro, como la intuición, el amor y las lealtades; además de estados de la mente particulares, como sueños, ilusiones y sensaciones internas de paz y felicidad. ¿Quién presiona el botón y por qué lo hace en este momento de nuestra vida? ¿Cómo y por qué los individuos desarrollan formas de pensar particulares, distintas y únicas?

En vista de esto, la perspectiva kabbalística de las relaciones mente-cerebro es un enfoque alentador, uno que desafía las nociones científicas convencionales sobre el origen y la esencia de la mente. Las ideas inicialmente pueden parecer extrañas y ajenas. No obstante, si quiero realizar una contribución seria y necesaria sobre este importante tema, estas ideas deben ser presentadas. Intentaré explicarlas tan concisa y claramente como sea posible.

VIDAS PASADAS Y ENCARNACIÓN

Un buen punto de inicio para nuestra exploración del mundo de la mente y el cerebro es la opinión del Zóhar sobre este complejo tema. Desde esta perspectiva, se sugiere que nuestra mente contiene el equivalente a un “universo” oculto de actividades. Según las enseñanzas kabbalísticas, este plano de la mente percibe una amplia gama de estímulos de varias fuentes. La mente provoca cascadas enteras de cambios psicológicos involuntarios en el cerebro. La mente hace reconocimiento de patrones complejos y toma decisiones que controlan qué tanto sabemos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor. La mente también determinará cuáles ambiciones deseamos perseguir y cuáles no.

La mente incluso dirige los eventos que anteceden e incluyen a los que determinan qué tan ricos o pobres seremos. A fin de cuentas, el fracaso ocurre porque no reconocimos o notamos algún elemento que pudo haber asegurado el éxito. Para algunos, todo lo que tocan “se vuelve oro”, pero a otros, “nada les resulta como quieren”. La ilusión generalizada es que nosotros determinamos el alcance y la dirección de la cognición consciente. Pero la realidad es que la mente es establecida por fuerzas ocultas que operan para presentar una situación ya estructurada, que sólo comprendemos en su versión final.

Desde el punto de vista kabbalístico de la realidad, la historia fundamental del universo es en realidad la historia de las almas que regresan. En efecto, ningún misterio del universo es tan desconcertante como el comportamiento repetitivo de sus habitantes. Este tema es tan poco comprendido que no hay que sorprendernos ante nuestra continua insistencia en destruirnos unos a otros. Si por algo hemos de sorprendernos, que sea por nuestra incapacidad de desbloquear los secretos de los patrones de comportamiento humano.

Lo que emerge desde este punto de vista, y que yo estoy señalando, es que, aunque el comportamiento humano sea genéticamente controlado a un grado importante, el tikún (proceso de corrección) dirige y dicta nuestros patrones de pensamiento, sentimientos y actividades diarias.

Soy consciente de que esta posición desafía la opinión más convencional que dice que los problemas ambientales y culturales, y no las vidas pasadas, son los que forman la naturaleza humana. Pero los efectos de largo alcance de nuestro espíritu humano interno se extienden a nuestras características y determinan nuestras acciones externas, las cuales son completamente determinadas y ejecutadas por las fuerzas cósmicas que predominan en ese tiempo. En efecto, las acciones humanas son controladas por el cosmos, pero sólo porque fueron manifestadas en una vida anterior. En otras palabras, si un individuo cometió crímenes contra la humanidad en una encarnación pasada, su alma regresa y es enfrentada a los actos de su vida pasada. Ahora tiene una oportunidad. Puede ejercer el libre albedrío para frustrar el escenario cósmico de repetición o puede sucumbir a su influencia.

Los marcos de referencia negativos establecidos por una vida pasada son manifestados en la conglomeración de actividades cósmicas y su posición en el cosmos para el momento del nacimiento de una persona. En esencia, el cosmos sólo presenta la oportunidad y el marco para actuar el guion de la actividad de nuestra vida. Los hilos cósmicos de actividad no son la causa de la estructura del guion; ya eso fue determinado por nuestra vida pasada. El conjunto de circunstancias que ocurren en nuestra vida actual es un resultado de la acumulación de influencias cósmicas que se unen en este tiempo y afectan los requerimientos de nuestro tikún, produciendo un escenario único de vida.

DEPRESIÓN, OSCURIDAD Y LUZ

Reflexionemos por un momento sobre la palabra depresión. Por ejemplo, cuando la rueda de un automóvil pierde su aire, nos referimos a ella como una rueda sin presión, es decir, que le hace falta aire, lo cual la dejó desinflada. Los kabbalistas dicen que, de esa misma manera, la falta de plenitud o la incapacidad de llenarnos de la Fuerza de Luz está detrás de toda forma de depresión. Para llenar este vacío hace falta infundir e inflar a la entidad que necesita aire con plenitud, sinónimo de la Fuerza de Luz.

Desde un punto de vista kabbalístico, el objetivo y la manera de eliminar caos no es una cirugía que se le hace al caos sino la infusión de la Fuerza de Luz que, a fin de cuentas, trae consigo la ley universal de que la oscuridad o el caos no puede existir en presencia de la Luz. Cómo y por qué desaparecerá el caos con la simple presencia de la Fuerza de Luz es como preguntar por qué desaparece la oscuridad cuando la luz es encendida. Cierto, quizá nunca te has preguntado a dónde va la oscuridad, pero puedes estar seguro de una cosa: la oscuridad aún no ha sido eliminada. La prueba de esto es que cuando las luces están apagadas, la oscuridad regresa inmediatamente.

Quizá nunca consigamos una respuesta para preguntas como: ¿por qué la oscuridad desaparece y a dónde va cuando no la vemos?

Sin embargo, aceptamos esta desaparición porque se manifiesta físicamente. En ausencia de cualquier otro remedio que podamos aplicar a la eliminación de las múltiples enfermedades incurables y entornos caóticos que causan estragos en nuestra vida, atraer esa energía asombrosa conocida como la Fuerza de Luz puede ser la solución que hemos estado buscando por milenios.

El mismo principio se aplica al entorno caótico que existe fuera de nuestro hogar. ¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué un ladrón elige una casa en particular entre otras diez que están en el mismo lugar? Lógicamente, no hay respuesta. No obstante, el Zóhar revela que podemos aplicar el mismo principio universal, que ahora va más allá de la realidad física y es una relación inclusiva y verdaderamente cósmica. Si podemos hacer el esfuerzo de crear una abundancia de la Fuerza de Luz en nuestra esfera de existencia, entonces toda la oscuridad que busca penetrar en nuestro entorno puede ser bloqueada y eliminada. Los logros destacables de la ciencia son el resultado directo de la presencia de la Era de Acuario y la futura revelación en el año 5760. La ciencia médica intenta tomar el crédito del drástico aumento de la esperanza de vida, que en el año 1900 era de 45 años y ahora llega a los 75. No obstante, hay suficiente evidencia que indica que la ciencia puede no ser la responsable. Kabbalísticamente, la larga vida y la inmortalidad son los resultados directos de la revelación de la Fuerza de Luz gracias al Zóhar en el siglo XX, libro que fue oculto durante milenios en una bóveda antigua.

Ahora, gracias a que millones de personas aceptan la necesidad de atraer la Fuerza de Luz a nuestro universo, la oscuridad que ha azotado a la humanidad por milenios puede comenzar a desaparecer.


Este artículo fue publicado originalmente en Kabbalah Magazine Vol. 5, segunda edición, abril de 2000.


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