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La importancia de presionarnos a avanzar hacia el segundo nivel de certeza

Michael Berg
Diciembre 15, 2021
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En la porción de Vayejí, cuando Yaakov se prepara para dejar este mundo, le da a cada uno de sus hijos una bendición y una profecía. Mientras hablaba, recibió una profecía sobre uno de sus hijos, Dan; Rashi y lo kabbalistas dicen que la profecía es sobre Shimshón (Sansón), una gran alma que vino a este mundo mucho después de que Yaakov lo dejara. La visión que Yaakov tuvo fue que Shimshón sería quien finalmente daría fin al dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo, quien sería el canal para el Final de la Corrección. Pero la profecía continuó y Yaakov vio que algo malo le ocurriría a Shimshón, que le arrancarían los ojos y moriría. Luego dice: Leyeshuasjá Kivisi HaShem, “Espero, deseo, el despertar de la Redención del Creador”. “Espero, deseo, el despertar de la Redención del Creador”.

Es importante entender exactamente qué ocurrió aquí. Yaakov tuvo visiones sobre cada uno de sus hijos. Mientras iniciaba a recibir la profecía de la tribu de Dan, comenzó a ver el futuro y se emocionó al ver que existiría esta gran alma, Shimshón, quien pondría fin al dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo. Pero luego la visión continuó y Yaakov dijo que en ese momento podía ver que estaba equivocado; no solo Shimshón no sería el alma que provocaría el Final de la Corrección, sino que también tendría una horrible muerte. Y luego, justo después de eso, las siguientes tres palabras son: Leshuatjá Kiviti HaShem; le dice al Creador: “Estoy esperando el Final de la Corrección, la Redención Final”.

Esta visión de Yaakov nos enseña un secreto muy importante. El Zóhar dice, y los kabbalistas enseñan, que ninguna Luz puede revelarse en este mundo sin un despertar de deseo y luego la espera de la revelación de esa Luz. Diariamente en nuestra conexión matutina decimos: Kavé el HaShem, “Espero, deseo y estoy consciente para que la Luz del Creador se manifieste”. Puede ser en las pequeñas dificultades, en las grandes dificultades o en la totalidad de la revelación de la Luz del Creador en este mundo, pero necesitamos tener el deseo y la certeza de que la ayuda vendrá de la Luz del Creador. Luego la frase se repite.

Los kabbalistas preguntan por qué dice dos veces que Kavé el HaShem, despierta certeza en que la Luz del Creador viene a ayudarnos. Los kabbalistas enseñan que la revelación completa de cualquier ayuda verdadera de la Luz del Creador siempre crea una onda. Hay una certeza, el despertar de la vasija que creemos que se manifestará en nuestra ayuda, y luego desaparece. Entonces, si en el fondo logramos mantener la certeza, la segunda vez, la Luz se manifestará. La Luz, las grandes bendiciones, nunca se manifestarán ni en la vida de ningún individuo ni en el proceso colectivo de este mundo sin una onda, es decir, un despertar de certeza, una pérdida de la base de esa certeza y luego un nuevo despertar de esa certeza.

"Ninguna Luz puede revelarse en este mundo sin un despertar de deseo”.

Con respecto a la porción de Vayejí, podríamos preguntarnos: ¿Por qué el Creador es tan rudo con Yaakov? Él está por dejar este mundo, está recibiendo visiones, entonces ¿por qué darle una visión errónea? ¿Por qué dejarle pensar, al revelarle toda la historia de Shimshón, que él manifestará la eliminación completa del dolor, el sufrimiento y la muerte en este mundo, solo para ver unos segundos después, en la continuación de la profecía, que Shimshón no será esa persona? Yaakov pone toda su esperanza y despertar en el alma de Shimshón para luego ver que fracasará. Luego Yaakov dice: “Pero no me rindo. Sigo despertando certeza, deseo y la espera de la Redención Final”.

Una cosa maravillosa es que esas tres palabras: Leshuatjá Kiviti HaShem, “Para Tu ayuda, para Tu redención, despierto certeza, espero la Luz del Creador”, sin importar el orden en el que aparezcan ni cómo estén organizadas, significan exactamente lo mismo. Por lo tanto, Yaakov nos revela, con esas tres palabras, un importante secreto.

Todos sabemos, por supuesto, sobre la importancia de la certeza y decimos cada día en nuestras conexiones que esperamos que la Luz del Creador nos ayude y se manifieste tanto en nuestros desafíos individuales como en los globales. Pero lo que tenemos que aprender sobre esta visión y profecía de Yaakov es que la manifestación y la ayuda de la Luz nunca pasará por una sola certeza. Ningún regalo ni gran ayuda, y ciertamente tampoco la completa revelación de la Luz del Creador en este mundo, serán provocados por solo una certeza. Habrá certeza, se perderá y, luego, cuando tengamos certeza nuevamente, será revelada la Redención Final.

Esto le ocurrió tanto a Rav Áshlag como a mi padre, Rav Berg; ambos pasaron por lo mismo cuando sus maestros murieron. Cuando Rav Áshlag estudiaba con su maestro, escribió que consideraba que a través del estudio y el trabajo con su maestro alcanzaría el propósito de su vida y la revelación completa de su propia gran alma… pero luego su maestro murió. Y Rav Berg dijo lo mismo sobre su maestro, con quien estudió entre 1962 y 1969; él puso toda su esperanza, certeza y despertar en su maestro, Rav Brandwein, quien murió en el año 1969. Todo lo que Rav Áshlag y Rav Berg esperaban recibir (sabiduría, crecimiento y entendimiento) lo perdieron por completo. Rav Áshlag incluso dice que cuando su maestro murió, olvidó todo lo que había aprendido de él.

¿Por qué ocurre esto? Porque en toda gran revelación hay siempre una certeza, una pérdida de esa certeza y luego Leshuatjá Kiviti HaShem, un despertar de una certeza en la Luz del Creador más real, profunda y fuerte. Y esa segunda certeza es la única que puede manifestar cualquier bendición verdadera en nuestra vida y cualquier revelación en nuestro mundo. Por lo tanto, tanto Rav Áshlag como Rav Berg tuvieron que poner todo su deseo y certeza en sus maestros, y luego perder a sus maestros porque la gran Luz, la gran sabiduría, la gran revelación, nunca es revelada con un nivel de certeza.

"Cuando tengamos certeza nuevamente, será revelada la Redención Final”.

De esto aprendemos que lo más probable es que, si es importante, no alcanzaremos la manifestación de la Luz por la que hemos despertado certeza con la primera certeza. Perderemos esa certeza y luego tendremos que recordar impulsarnos a subir la montaña y despertar certeza nuevamente. Luego, Leshuatjá Kiviti HaShem, podemos despertar verdadero deseo, verdadera certeza y manifestar gran Luz en nuestra vida y en este mundo.

Uno de los regalos que Yaakov nos da en la porción de Vayejí es la difícil pérdida de su certeza y el entendimiento de por qué tuvo que pasar por eso. Al hacerlo, nos enseña a no permanecer en el valle de carencia de certeza. Él se motiva a continuar y dice: Leshuatjá Kiviti HaShem, “Ahora despierto el segundo nivel, el nivel más profundo, el nivel más fuerte de certeza”. Toda Luz verdadera revelada en este mundo, ya sea individual o en la totalidad de la revelación del Final de la Corrección, solo se manifestará cuando haya suficiente gente que haya despertado certeza, la haya perdido y luego se haya impulsado a continuar para despertar el segundo nivel de certeza verdadera y fuerte. Por eso podemos leer esta frase, Leshuatjá Kiviti HaShem, del modo que queramos; una vez que lleguemos a ese segundo nivel de certeza verdadera, no importará si avanzamos o retrocedemos porque está presente y permanecerá allí por siempre.


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