Este artículo fue publicado originalmente en 2018.
Cada uno de nosotros vino a este mundo con un propósito especial. El Creador nos hizo a todos por una razón, ya que nada en la vida es en vano. Al igual que polluelos que dejan el nido, estamos aquí para abrir las alas e iniciar nuestro viaje especial. Para algunos, la vida puede ser una montaña rusa de sucesos que nunca parece detenerse. Para otros, la vida es simple y tranquila con poca algarabía. Cada uno de nuestros viajes son distintos, pero hay un camino común que los une. Aunque nuestros viajes de vida comiencen en millones de lugares diferentes en el mundo y vengamos de diferentes contextos, etnias y religiones, todos compartimos la misma misión auténtica en el fondo. Todos estamos haciendo el viaje hacia el descubrimiento de nuestra alma: el espíritu interior. El descubrimiento de nuestra alma es la activación del Creador en nuestro interior. Esta es nuestra experiencia humana compartida. Aunque cada uno de nosotros tenga una historia enormemente distinta, nuestra historia interna sigue siendo la misma. Esta semana somos guiados y apoyados en nuestro proceso de dar nuevos pasos hacia el descubrimiento de nuestra alma: la misión más auténtica que tenemos en la vida. Hemos sido puestos en este mundo físico para ayudar en esta misión sagrada, ya que solo al aceptar el viaje en este mundo físico podemos descubrir el viaje hacia el mundo interior.
“Esta semana somos guiados y apoyados en nuestro proceso de dar nuevos pasos hacia el descubrimiento de nuestra alma: la misión más auténtica que tenemos en la vida”.
Nuestro apoyo cósmico esta semana es la porción de Vayetsé. Vayetsé significa “salió”. La porción está situada en pleno mes de Sagitario y nos motiva a “salir” y realizar el viaje espiritual. En la porción de Vayetsé, nuestro padre espiritual, Yaakov, sale de su tierra y se embarca en su viaje, en consecuencia, nos revela a nosotros el nuestro. Leemos sobre cómo Yaakov primero establece una conexión con el Creador y le pide ayuda. Yaakov ora por protección y orientación del Creador desde el inicio. La hermosa y muy conocida visión de la “escalera de Yaakov” se encuentra en Vayetsé, donde Yaakov ve una red de ángeles del Creador que ascienden y descienden entre el mundo físico y los mundos espirituales. Yaakov, a través de sus meditaciones y oraciones, logra conectarse con sus ángeles guardianes para que lo ayuden. Yaakov luego conoce a Rajel y se enamora de ella. Rajel representa todas las cosas hermosas y maravillosas de este mundo que podemos disfrutar. Sin embargo, las cosas físicas en la vida pueden controlarnos si lo permitimos y nos distraemos de descubrir lo que está en el interior. Después de conocer y enamorarse de Rajel, Yaakov conoce a la hermana de Rajel, Leá, quien representa al mundo espiritual. Al igual que todos nosotros, Yaakov estuvo entre dos mundos: el mundo físico y el mundo espiritual. Este es el viaje que todos enfrentamos y el equilibrio que debemos buscar alcanzar. Yaakov en un principio no quería relacionarse con Leá, pero sabía que había nacido para descubrir más que solo el mundo físico que Rajel representaba. Yaakov sabía que su propia alma necesitaba ser descubierta. Yaakov inicia una relación especial con Leá en la que puede desarrollar su Luz Espiritual y aprender a convertirse en un ser generoso. Todo esto ocurre mientras mantiene simultáneamente una relación con su gran amor, Rajel, quien representaba este mundo físico en el que se realiza el viaje. Yaakov terminó siendo el padre de los doce jefes de las tribus de Israel a través de las cuales pudo ascender y controlar las influencias de los doce signos zodiacales. Su descubrimiento espiritual con Leá y Rajel le dio dominio sobre el mundo físico. Al igual que una mano que controla una sombra proyectada en el suelo, Yaakov pudo alcanzar el estado de mente sobre materia que es la meta que cada uno de nosotros está destinado a alcanzar.
“Hemos sido puestos en este mundo físico para ayudar en esta misión sagrada”.
La evolución espiritual de Yaakov mientras vivía en este mundo es la historia de cada uno de nosotros. Cada semana no solo leemos sobre personajes del pasado, sino que leemos sobre nuestra propia vida. Nacimos en un mundo hermoso lleno de grandes placeres y alegrías, pero ¿acaso son la única razón por la que vinimos a este mundo? Se dice que Buda dejó su crianza privilegiada como hijo de un rey para descubrir los secretos de la vida y su propósito. Pudo haberse entregado a sus riquezas, pero en su lugar escuchó esa suave voz interior. Decidió realizar el viaje para descubrir el propósito de la vida. Nuestro patriarca Yaakov nos empodera para hacer eso mismo. Podemos vivir setenta años como si solo hubiésemos vivido un día. Pero, al contrario, cuando trabajamos en nuestro camino espiritual, podemos vivir un día como si fuesen setenta años. Siempre es una cuestión de si decidimos comenzarlo y cuándo. Hay una chispa del Creador en cada uno de nosotros que espera ser descubierta y encendida. Vivimos en un mundo en el que necesitamos lograr un equilibrio entre cuán lejos viajamos externamente y cuánto viajamos internamente. Necesitamos conseguir el equilibrio entre lo físico y lo espiritual, y entre recibir y compartir. Nuestro cuerpo necesita recibir constantemente, mientras que nuestro espíritu siempre tiene el deseo de compartir y dar a los demás. Nuestra Luz interior anhela ayudar a quien lo necesita y dar nuestro amor a los demás. Vivimos en el mundo de Rajel, pero Leá palpita en nuestro interior. Solo cuando amemos lo espiritual tanto como valoramos el mundo material, lograremos completar nuestra misión personal en este mundo y la misión de toda la humanidad. Yaakov es nuestro canal para esto. Él creó el camino para nosotros, solo necesitamos estar dispuestos a recorrerlo y a pedir su ayuda.
Esta semana en tu meditación, te pido que cierres los ojos y viajes a tu interior. Apártate del mundo físico, al menos por un momento, y haz introspección. Concéntrate en tu respiración. Ve cómo se mueve tu abdomen y siente el aire que entra y sale de tus pulmones. ¿Escuchas tus latidos? Hay una Luz dentro de ti, una hermosa Luz que está destinada a brillar más. Después de cerrar los ojos y apartarte del mundo físico, permítete ir más profundo en tu espíritu. Pídele al Creador que envíe a Sus ángeles para que te guíen en el descubrimiento de quien eres realmente. Descubrir tu alma es descubrir al Creador en tu interior y tu capacidad para dar y compartir. Hay un amor infinito dentro de ti que añora llegar a toda la humanidad. Finalmente, encuentras la fuente de la bondad, la misericordia y la compasión. Este viaje para descubrir al Creador en tu interior es la razón por la que vinimos a este mundo. Es el viaje de toda una vida.