Rav Áshlag explica que la cantidad de Luz que revelamos en el mundo depende directamente de la fuerza de nuestro Deseo de Recibir la Luz del Creador: cuanto mayor sea nuestro deseo, mayor será la Luz que podremos revelar. Muchos de nosotros creemos que tenemos este deseo. Sabemos, en cierto nivel, que queremos la Luz y una relación más cercana con el Creador. Sin embargo, tal como lo explica Rav Áshlag, si tuviéramos un verdadero deseo por la Luz, ¡la tendríamos en nuestra vida! La razón por la que hay ausencia de Luz en cualquier área de nuestra vida es porque nos falta Deseo por ella, a pesar de lo que podamos sentir.
"Cuanto mayor sea nuestro deseo, mayor será la Luz que podremos revelar".
Hay tres razones posibles por las que verdaderamente no tenemos un deseo por la Luz. La primera y más evidente razón es que todavía no la hemos descubierto. Ni siquiera sabemos que deseamos la Luz hasta que la hayamos experimentado por nosotros mismos. Si visitas a un amigo que acaba de preparar un plato del que nunca antes habías escuchado, quizá no sientas un gran deseo de probarlo. Pero una vez que lo pruebas y descubres lo delicioso que es, tu deseo crece. La próxima vez que tu amigo prepare ese plato, estarás emocionado y querrás probarlo, porque tu deseo ha sido despertado. Es por ello que es una gran bendición tener acceso a herramientas como la Torá y el Zóhar, que nos permiten entender y apreciar el poder del Creador, y esto a su vez despierta nuestro Deseo por la Luz.
La segunda razón es que, si bien deseamos la Luz del Creador, también tenemos otros deseos. Un famoso kabbalista dijo una vez que no se pueden tener dos deseos a la vez, al igual que no puedes estar enamorado de dos personas a la vez. No puede ser que tengamos un Deseo por la Luz del Creador y también un deseo por algo más simultáneamente. El deseo por cualquier otra cosa desvanecerá la llama del Deseo por la Luz del Creador. Si somos sinceros con nosotros mismos y reconocemos que deseamos cosas además de la Luz del Creador, debemos reconocer que no tenemos un verdadero Deseo por la Luz del Creador. Por lo tanto, parte de nuestro trabajo espiritual es transformar nuestro deseo por cosas de índole física en un Deseo por la Luz.
La tercera posible razón es que nuestro Deseo de Recibir la Luz del Creador no es un deseo duradero. Habrán notado que a veces nos emocionamos mucho con nuestro trabajo espiritual, pero cerca un mes después nuestro entusiasmo desaparece. Comenzamos a hacer las cosas automáticamente o, peor aún, perdemos interés por completo en nuestro trabajo espiritual. Si este es el caso, entonces nunca fue un deseo verdadero desde un comienzo, dado que un deseo verdadero no desaparece. Si nuestro Deseo por la Luz no es así de fuerte o más después de un mes, seis meses, un año, entonces nunca tuvimos un verdadero Deseo por la Luz.
“¿Qué ocurre con mi Deseo por la Luz que no es un deseo genuino?”
Reconocer que nuestro Deseo por la Luz no es genuino y duradero es un paso importante en nuestro trabajo espiritual. Tener un deseo que no es verdadero es como una vasija con agujeros: la Luz puede entrar, pero no podrá permanecer ahí permanentemente. Podría sentirse como si tuviéramos un deseo verdadero, pero si no hay Luz, entonces algo falta. Saber esto nos permite ser sinceros y preguntarnos: “¿Qué ocurre con mi Deseo por la Luz que no es un deseo genuino?”. Cuando podamos contestar esta pregunta, podremos comenzar a hacer el trabajo necesario a fin de fortalecer nuestro deseo.
Rav Áshlag nos enseña que este nivel supremo de tener el más genuino Deseo de Recibir la Luz es uno que debemos desarrollar activamente por cuenta propia. Esto significa que la gente puede ayudarnos y apoyarnos, pero nosotros debemos hacer el trabajo. Si estamos siendo inspirados por fuentes externas en lugar de un compromiso interno con la Luz, no estamos desarrollando un deseo duradero. Si la razón por la que nos mantenemos en nuestro camino espiritual es puramente debido a un maestro, cierta comunidad o cierto entorno, por ejemplo, entonces nunca durará. ¿Qué sucedería si se eliminaran esos factores? Si no existiera Centro de Kabbalah en el mundo ni comunidad espiritual, ¿seguiríamos haciendo el trabajo? Si literalmente todo en el mundo estuviera en nuestra contra, ¿seguiríamos haciendo el trabajo? Si la respuesta es sí, entonces este es un indicador de que somos dueños de nuestro Deseo de Recibir la Luz del Creador.
Cuando sentimos que no tenemos a la Luz, es importante recordar que una de las razones de nuestras dificultades y desafíos es despertar nuestro deseo y apreciación por la Luz. Si la Luz siempre estuviera con nosotros, nunca podríamos despertar el anhelo por la Luz del Creador. La lección poderosa aquí es que cuanto más trabajemos en despertar nuestro Deseo de Recibir la Luz del Creador, más Luz revelaremos en nuestra vida y en el mundo.
*Adaptado del curso de Michael Berg sobre Las Diez Emanaciones Luminosas, clases 22 y 23.