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LA VÍA LÁCTEA: NO TAN DULCE

Rav Berg
Abril 9, 2013
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No hace mucho tiempo hubo un descubrimiento en la ciencia que reveló que la Vía Láctea constantemente está absorbiendo pequeñas galaxias y cúmulos de estrellas. Su poderosa gravedad fragmenta estos objetos y luego sus estrellas se convierten en parte de la Vía Láctea como tal. Los investigadores también han encontrado evidencia de que la Vía Láctea también se está tragando galaxias enanas.

En términos kabbalistas, diríamos que la Vía Láctea tiene un enorme "Deseo de recibir para sí misma".

La fuerza de atracción de la Vía Láctea es cuatro millones de veces más fuerte que el poder del sol. Un segundo de la energía del sol tiene la capacidad de sostener nuestro planeta durante un año entero; entonces va más allá de nuestra imaginación la energía que posee la Vía Láctea que se traga todo lo que se le acerca y al mismo tiempo no da nada.

Hace dos mil años, el Zóhar habló sobre la terrible naturaleza de la Vía Láctea, que puede ser vista tanto literalmente como figurativamente como la fuerza negativa del Deseo de recibir para sí mismo, explicándonos que si pudiera infectar nuestra civilización, dejaríamos de existir. Sin embargo, hay algo mucho más poderoso que esta fuerza negativa, y esta es la fuerza de la Luz de Dios.

No nos damos cuenta de cuán importante es estar conscientes del poder de la negatividad en este planeta. El Zóhar explica que tanto la proactividad como la negatividad existen en el aire. Al salir a dar una caminata por el parque, por ejemplo, estas energías tienen la habilidad de alcanzarnos inmediatamente.

Hay una batalla ocurriendo en el universo, ya sea las enfermedades trasmitidas por el aire o la Vía Láctea. Pero, según el Zóhar, la energía que generamos cuando somos proactivos es mucho más poderosa que la Vía Láctea, más poderosa que la fuerza negativa que "traga", ese Deseo de recibir para sí mismo, porque la proactividad puede eliminar el caos. Cuando somos proactivos, somos como Dios.

Los lugares con negatividad extrema toman su energía de la Vía Láctea. Se trasmite por el aire, no puedes tocarla, capturarla, o ponerla en una botella. Pero, ¿qué podemos hacer si no sabemos si está ahí? Debemos ser proactivos, eso es en verdad, una cuestión de vida o muerte.

Es momento de que nos responsabilicemos por eliminar el caos dentro de nosotros. El Zóhar nos dice que en la porción que leímos la semana pasada, Shminí, hay una letra Guimel grande en la palabra vehitgalaj que significa, "él se recortará". Esa letra Guimel también hace referencia a la palabra gomel, que significa "extraer, elevar". Por ello, la letra Guimel representa el poder del Creador de sacarnos de nuestro caos.

Además, el poder de eliminar nuestra negatividad se encuentra dentro de la palabra galaj, que significa "recortar". A pesar del caos y la negatividad que todos tenemos, podemos usar la letra Guimel grande para ayudarnos a "recortar" ese caos y devolverlo a donde pertenece, a uno de los principales campos de Satán: la Vía Láctea.

Lee la porción completa del Zóhar de Tazría (en inglés) aquí.


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