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El camino a la abundancia

Centro de Kabbalah
Octubre 7, 2013
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"La consciencia es como un músculo. Mientras más la ejercitemos, más fuerte se vuelve nuestra consciencia, lo que nos permite tener el control de nuestro destino cada vez más". -Yehuda Berg

Imagina que te prometieron bendiciones en abundancia: fama, éxito, y una fuerte línea de descendientes que compartirán tus bendiciones. A cambio, todo lo que tienes que hacer es recoger todas tus cosas y mudarte. Fácil, ¿no?

En el libro de Génesis, el Creador hace ese intercambio con Abraham. El capítulo, Lej Lejá, cuenta la historia de Abraham cuando va a Canaán por mandato de Dios. Sin embargo, su viaje no es fácil. Además de una gran hambruna en la tierra de Egipto, cuando Abraham y su esposa Sara llegan, ella es llevada rápidamente al Faraón para que él pueda disfrutar de su compañía y belleza. Cuando el Faraón se da cuenta de que Sara es la esposa de Abraham (ellos le habían dicho a todos que era su hermana), él expulsa a la pareja de Egipto y ellos continúan su viaje.

El viaje que el Creador le instó a hacer estaba lleno de conflictos. A pesar de que eran tiempos de incertidumbre, Abraham nunca perdió su conexión con el Creador y la Luz. Según el Midrash (el compañero oral de la Torá), a pesar de los obstáculos encontrados, Abraham "no estaba molesto y no se quejó". En su libro Secretos de la Biblia (Secrets of the Bible), Michael Berg señala que: "A Abraham le emocionaba despertarse cada día y empujarse a sí mismo".

La diferencia entre la gente como Abraham que saltaba ante la oportunidad de vivir una vida bendita y aquellos que la dejan pasar porque parece ser mucha carga, se reduce a la autodisciplina. Restricción significa resistir nuestros impulsos y tentaciones en un esfuerzo de mantener el rumbo y cosechar las recompensas de una vida bien vivida. Eso no quiere decir que sea fácil. El poder de voluntad es algo difícil de mantener ya sea que un pedazo de pastel de chocolate te llama tentándote o pensamientos y acciones negativas.

Los kabbalistas llaman a esto restricción; es uno de los principios básicos de la Kabbalah. Al restringir la gratificación instantánea y los deseos que alimentan el ego, nos mantenemos conectados con la Luz. La restricción conlleva a la transformación. Abraham es un modelo que nos muestra por lo que tenemos que luchar en nuestro trabajo espiritual, entusiasmo por la vida y autodisciplina cuando enfrentamos dificultades. Michael Berg explica:

"Abraham cambia la manera en la que pensamos sobre nuestro trabajo espiritual. La mayoría de nosotros ve la meta de una vida espiritual como una conexión fácil e ilimitada con el Creador. Sin embargo, esto no fue lo que Abraham buscó. Abraham buscó cumplir con su propósito, sabiendo que no habría nada fácil en ello".

Un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Pensilvania observó de cerca el autocontrol en niños de octavo grado. A los estudiantes que participaron les ofrecieron un dólar, pero les dijeron que si renunciaban al dinero y esperaban una semana, recibirían dos dólares en vez de uno. Los investigadores Ángela Duckworth, PhD y Martin Seligman, PhD, siguieron el progreso académico de los dos grupos de estudiantes y descubrieron que aquellos que habían tenido una autodisciplina mayor y habían esperado por los dos dólares, tenían mejores notas, asistían más a clases, y tenían mejores resultados en exámenes estandarizados. También era más probable que fueran aceptados en bachilleratos altamente competitivos cuando terminaban la escuela. Un estudio similar relaciona el poder de voluntad con una autoestima más alta, relaciones más fuertes, y menos probabilidad de abuso de drogas y alcohol en los adultos.

Dicho de una manera simple: aquellos que muestran autodisciplina son más exitosos en la vida. "Tenemos libre albedrío para que podamos resistir el flujo directo y la energía de satisfacción inmediata de nuestros deseos", dice Yehuda Berg en El poder de la Kabbalah. "El libre albedrío sólo puede ser ejercitado cuando hay algo a lo que resistirse".

A la mayoría de nosotros nos falta la consciencia para enfrentar los desafíos con el gusto y el entusiasmo con que lo hizo Abraham. Usar la restricción como herramienta para un crecimiento espiritual puede hacer que el camino sea un poco más brillante. Saber que los obstáculos han sido puestos en nuestro camino específicamente para alentarnos a crecer, puede ayudarnos a afrontarlos con más ganas, todo mientras estamos conectados con la Luz. La lección kabbalista de la historia está clara, cuando nos damos cuenta de que las mismas promesas que le hicieron a Abraham también nos las prometen a nosotros, podemos dejar entrar esas bendiciones a nuestra vida practicando la autodisciplina a través de la restricción.


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