Este artículo sobre la porción de la semana fue publicado originalmente en 2017.
Según el Talmud, cada hoja de hierba tiene su propio ángel resguardándola y que le susurra: “Crece, crece”. Así también nos ocurre a nosotros. Esta semana obtenemos esta hermosa enseñanza.
A medida que las noches se hacen más largas y oscuras, somos inclinados más que en cualquier otro momento del año a hacer introspección para reflexionar, meditar y crecer espiritualmente. A menudo, cuando las cosas son más difíciles y más oscuras, somos capaces de cambiar verdaderamente y ser personas diferentes a las que éramos antes.
“La noche antes de la batalla, Yaakov hizo introspección…”
La meditación y la oración han sido usadas por miles de años por nuestros sabios, patriarcas y matriarcas como un modo de acceder a una fuente de energía más elevada. Del mismo modo que la llama de una vela arde y busca ascender, cuando meditamos u oramos accedemos a los mundos superiores, donde una reserva de energía espiritual espera nuestra intervención. Nuestro Patriarca Yaakov sabía esto. En la parashá de esta semana, Vayishlaj, Yaakov enfrentaba su propia batalla. Su hermano, Esav, planeaba ir a la guerra contra él. Pero la noche antes de la batalla, Yaakov hizo introspección en lugar de fijarse en lo exterior para resolver sus problemas. Él meditó y observó el papel que desempañaba en sus problemas. No tenía miedo de ver su propia negatividad. ¿En qué aspectos le faltaba amor, dignidad humana y atención al prójimo? ¿Cuáles eran sus miedos? ¿Qué parte de él no conocía aún al Creador? Una vez hecho este trabajo, Yaakov cambió. Esav no seguía teniendo poder ni influencia sobre él, tampoco representaba más un peligro. Ya que Esav era, y es, sólo un reflejo de los miedos internos, el ego y las limitaciones que todos poseemos.
Gary Zukav escribe en El asiento del alma que la compasión es lo que hace a un individuo más evolucionado que otro. El verdadero crecimiento no consiste en el trabajo externo, sino en el trabajo interno. Es cuando aprendemos que lo que más nos conviene es amar más y odiar menos. Esav quería asesinar a su hermano, pero no sabía cómo hacerlo. Muy a su pesar, amaba a Yaakov. El cambio ocurrió cuando Esav sintió la Luz que fluía hacia el mundo físico a través de Yaakov. Él aceptó a Yaakov y lo amó, realmente lo amó. Su odio se convirtió en amor. Este es el poder del amor.
A veces podemos no estar dispuestos a trabajar en nosotros mismos, ¡pero el universo se asegurará de tener otro plan para nosotros! Podemos encontrarnos presionados a enfrentar nuestros miedos, lo queramos o no. Tal y como siempre digo, no podemos esperar que nuestros músculos crezcan si no vamos al gimnasio a ejercitarlos.
“Esta semana, escucha tus latidos”.
Esta semana, atiende el llamado. Tómate el tiempo para sentarte tranquilo, sin distracciones y escuchar tus pensamientos. Escucha tus latidos. Respira. Ve qué respuestas puedes escuchar cuando el mundo no es tan ruidoso. Enciende una vela y, mientras lo haces, concéntrate en encender tu llama interior. Recuerda que puedes esperar ver grandes maravillas en tu vida. “Crece. Crece”. Sé que podemos hacerlo. Sé que con el poder del amor podemos encender nuestra propia llama interior y, juntos, todos podemos iluminar el mundo.
Recibe todo mi amor y que Dios te bendiga.