Este artículo fue publicado originalmente en 2018.
Cuando entramos en una habitación oscura y activamos el interruptor, pareciera que instantáneamente desaparece la oscuridad y la habitación se llena de luz. Los científicos nos dicen que la luz viaja aproximadamente a 300 000 kilómetros por segundo. Si pudieses viajar a la velocidad de la luz, podrías dar siete vueltas y media a la Tierra en un segundo. La luz es una maravilla y sus cualidades son un testimonio verdadero de su naturaleza divina y su origen. Así funciona físicamente la luz, pero también es la manera en que funciona la Luz del Creador en nuestra vida. Cuando activamos la Luz en nuestra vida, se resuelven los problemas, se disipan las disputas, aparecen instantáneamente las soluciones y lo que necesitemos puede llegar a nuestras manos. Este es el poder de la Luz. La Kabbalah, que en hebreo significa “recibir”, es el manual de nuestra vida que nos enseña a atraer la Luz del Creador. El propósito de la vida es aprender a atraer esta Luz a nuestra vida y al mundo. Esta semana, esta milagrosa Luz brilla en el cosmos quizá con más intensidad que en el resto del año. Activamos el interruptor y se enciende la Luz en nuestro mundo oscuro para traer a nosotros la claridad, la visión, el entendimiento, la paz, el amor y la orientación que hemos estado buscando. El cosmos nos ayuda esta semana con una enorme energía positiva para permitirnos ver claramente nuestro próximo paso mientras también nos da bendiciones inesperadas. Ahora tenemos la oportunidad para manifestar esta Luz del Creador que puede eliminar los obstáculos, el caos y los problemas que hemos estado enfrentando. Si estamos dispuestos a ser un canal para esta energía, esta semana puede ser verdaderamente una de las más positivas de todo el año.
“Este es el poder de la Luz”.
Nuestra porción y guía de la semana es Nasó, la porción más larga de la Biblia. El Creador siempre nos regala esta energía cuando estamos cerca de la festividad de Shavuot. Esto ocurre porque la energía de Nasó y la festividad de Shavuot son una sola. Shavuot es la apertura cósmica que ocurrió cuando la Torá fue dada al mundo y con ella vino la Luz más poderosa revelada jamás, una Luz tan poderosa que hizo desaparecer a la mismísima muerte y que la inmortalidad fuese alcanzada por un momento. Este es el generador de energía que está activo a lo largo del universo esta semana.
La porción de Nasó también es la porción que se lee en la festividad de Janucá; también se usa en ese momento para manifestar y atraer la increíble Luz que hay durante esos ocho días. Entonces, ¿a qué me refiero con esto? ¿Estoy diciendo que, como la Luz sobresale tanto esta semana, nuestros problemas automáticamente se desvanecerán? ¿Acaso la Luz del Creador no brilla también en las otras 51 semanas del año? La porción de Nasó nos da la respuesta a estas preguntas. Nasó describe los servicios, los sacrificios y las ofrendas que los israelitas presentaban ante el Tabernáculo y el Creador. Imagina la porción más larga de la Biblia, ¡y que esté llena de ofrendas y sacrificios! Este es el secreto de cómo generar y atraer la Luz a nuestra vida. Ser generosos es el único modo de recibir y mantener la plenitud duradera. La Kabbalah nos enseña que dar y actuar en modo generoso son el secreto para canalizar la Luz del Creador hacia nuestra vida. Esta semana es uno de los mejores momentos para participar en este sistema espiritual.
“Podemos traer la totalidad de la Luz del Creador a este mundo y eliminar cada rincón oscuro que hay en él”.
La Luz disponible para nosotros esta semana nos conecta con la energía que fue revelada en el Monte Sinaí cuando se eliminó la muerte. Imagina nunca tener que decirle adiós a un ser querido. Imagina que el gozo y las bendiciones de la vida nunca se acaben. Imagina tener eternidades de bienestar y vitalidad infinitos. Esta gran promesa del Creador es, en efecto, nuestro futuro y destino, pero esta semana podemos tener una prueba de esa realidad. Si tan solo estamos dispuestos a esforzarnos en activar ese interruptor y ser un canal de esta Luz, podremos volver al futuro y traerla aquí y ahora. Ser un canal de la Luz significa permitirle a la Luz fluir a través de nosotros en beneficio de los demás. Estamos dispuestos a recibir con el fin de convertirnos en seres generosos. Encender la Luz en nuestra vida no necesariamente requiere mucho. ¿Cuántas veces ignoramos a un compañero de trabajo que parece estar pasando por momentos difíciles simplemente porque quizá estamos muy ocupados? ¿Podríamos detener nuestro día al menos por un momento, saludar y sonreírle? ¿Cuán a menudo nos encontramos tan ensimismados que no nos permitimos sentir felicidad y alegría por los demás? ¿Estamos abiertos a tomarnos un minuto para detenernos, emocionarnos por la alegría de alguien más y desearle lo mejor? Alegrarnos por los demás no nos cuesta nada y nos otorga mucho a cambio. Las acciones de amor y bondad son las que activan el interruptor en nuestra propia vida. Cuando canalizamos la Luz por el bien de los demás, nosotros somos los que experimentamos esa Luz. Al dar, recibimos automática e instantáneamente.
Esta semana en nuestras meditaciones viajamos a la velocidad de la luz. En el nuevo amanecer, medita sobre la luz del sol que viaja por el mundo. En cada momento del día, la oscuridad desaparece mientras la luz va iluminando la tierra. Cada minuto el sol sale en algún punto de la tierra mientras su luz viaja a 300 000 kilómetros por segundo a lo largo del globo. Ve allí y viaja con ella. En un instante, los bosques, los valles, las cavernas y las ciudades oscuras se iluminan. Permite que esta misma Luz entre en tu vida para que ofrezca amor, soluciones, milagros y acabe con los conflictos.
Todo lo que tenemos que hacer para acceder a la Luz del Creador es dejarla entrar. Si logramos encontrar el espacio en nuestro corazón para amar a los demás un poco más, podemos, finalmente, traer la totalidad de la Luz del Creador a este mundo y eliminar cada rincón oscuro que hay en él.