La porción Ajaréi Mot es una discusión de la muerte de Nadav y Avihú, los dos hijos de Aharón. En una de mis secciones favoritas del Or HaJayim, el gran Kabbalista Rav Jayim ben Atar dice que en realidad no trata de la muerte de ellos, sino de su partida de este mundo. Está escrito que Nadav y Avihú se acercaron a la Luz del Creador y murieron. Y el Or HaJayim explica que Nadav y Avihú se acercaron tanto a la esencia pura de la Luz del Creador, con tanto deseo sacro, que esta cercanía es lo que causó su muerte. Esto es algo que los kabbalistas mencionan en sus escritos como “el beso del Creador” que extrae el alma del cuerpo.
"Ellos sentían el amor y la belleza de la Luz..."
Sin embargo, hay una diferencia en este beso cuando las personas justas mueren y cuando Nadav y Avihú murieron. En el caso de la persona justa, dice que el beso se acerca a ella, es decir: la persona ha vivido su vida de una manera que la conectaba cada vez más con la Luz del Creador al concluir su trabajo en este mundo; entonces el Creador se acerca a ella en un beso y se unifica con su alma. Pero Nadav y Avihú eran diferentes porque ellos no completaron su misión en este mundo; en lugar de ello, decidieron dirigirse activamente a la Luz del Creador de una manera que extrajo el alma de sus cuerpos. Este es el secreto de las palabras: “Se acercaron a Dios”. Esto quiere decir que ellos decidieron acercarse continuamente a la Luz del Creador a pesar de saber que esa clase de cercanía haría imposible que sus almas permanecieran en sus cuerpos.
Aunque Nadav y Avihú estaban teniendo una experiencia espiritual al entrar al Tabernáculo, y ellos sentían el amor y la belleza de la Luz del Creador, ellos tenían conciencia de que si continuaban conectándose con la Luz del Creador de esa manera sus almas no permanecerían en sus cuerpos. Por lo tanto, Nadav y Avihú tomaron una decisión consciente; desearon esa cercanía más de lo que deseaban la vida dentro de sus cuerpos, y decidieron activamente reunificarse con la Luz del Creador a pesar de que todavía les quedaba trabajo por hacer en este mundo.
Entonces, eso es lo que Rav Jayim ben Atar explica acerca de la conciencia de elevación de las almas de Nadav y Avihú que dejaron sus cuerpos. Y el gran Kabbalista el Arvéi Najal, Rav David Solomon Eibenschutz (1755-1813), que está sepultado en Safed junto al Arí, lleva esta enseñanza más lejos y nos da un entendimiento más profundo. Cada uno de nosotros, dice él, es creado con lo que llamamos Inclinación Positiva y con una Inclinación Negativa. Todos tenemos deseo de hacer el bien y el deseo de hacer cosas negativas, porque tenemos libre albedrío. A fin de que pudiera existir el libre albedrío, debía crearse la Inclinación Negativa y que esta habitara dentro de cada uno de nosotros.
"El Alma, por naturaleza, quiere regresar a su Fuente."
Tal como aprendimos de Nadav y Avihú, si una persona está verdaderamente involucrada en el trabajo espiritual, si genuinamente está desarrollando su conexión, la naturaleza de su alma es que no quiera habitar en el cuerpo. Es por ello que, por ejemplo, dice en Tehilim, el Libro de Salmos, que el alma quiere irse con cada aliento que tomamos. El alma no quiere quedarse en este cuerpo, especialmente si es reavivada para sentir una conexión con la Luz del Creador. Sabemos que el deseo de todo es volver a su fuente, y la fuente del alma es la Luz del Creador. Por lo tanto, si no hubiese un sistema integrado que prácticamente obliga a que el alma se quede en el cuerpo, el alma saldría del cuerpo todo el tiempo.
Entonces, con el fin de impedir que nuestra alma saliera del cuerpo cada vez que siente la Luz, el Creador tomó nuestra esencia, nuestra alma, esa naturaleza positiva que está en la esencia de quienes somos, y la envolvió con el deseo más negativo, lo único que es exactamente opuesto a la Luz del Creador: el Deseo de Recibir para Sí Mismo. Y lo que llamamos Inclinación Negativa es, por lo tanto, la protectora. De no ser por la Inclinación Negativa que tiene cada uno de nosotros, nuestra alma abandonaría nuestro cuerpo.
El Lado Negativo no solo está presente para darnos libre albedrío. Desde luego, esa es una de las razones, pero también está para mantener la vida en el cuerpo humano porque, de no ser por el hecho de que el alma está obligatoriamente cubierta por este Deseo de Recibir para Sí Mismo, el alma no permanecería en el cuerpo. El Lado Negativo siempre quiere intervenir y asegurarse de que no nos volvamos muy espirituales o muy conectados; por tanto, lo que ocurrió con Nadav y Avihú fue que se rompió esa capa protectora de la Inclinación Negativa.
Con este entendimiento, podemos comenzar a ver que cuando nos sentimos desconectados, es parte de esa protección, parte de lo que nos mantiene con vida. Si sentimos alguna clase de carencia, especialmente carencia espiritual, lo que estamos sintiendo y con lo que nos estamos conectando es la capa protectora que permite que nuestra alma permanezca dentro del cuerpo. El alma, por naturaleza, quiere regresar a su fuente; así que, a fin de permitirnos hacer el trabajo que necesitamos hacer en este mundo, el Creador nos dio el regalo que nos permite vivir: la Inclinación Negativa. Ella crea una capa, un caparazón, alrededor del alma y no le permite conectarse al 100 % y llegar a un estado en el que quiera abandonar el cuerpo. Estar envueltos en esta Inclinación Negativa es lo que nos permite hacer el trabajo en este mundo. Esta es una enseñanza verdaderamente hermosa y un regalo.