Todos sabemos lo que se siente cuando alguien se comporta de manera grosera con nosotros. Quizá la empleada de una tienda fue sarcástica o un compañero de trabajo fue impaciente. O quizá los chistes de un amigo no se sienten tan amigables. A veces pasamos por negatividad en nuestro propio hogar cuando un miembro de nuestra familia o compañero de habitación tiene un mal día y se desquita con nosotros. No importa qué impulsó esa actitud, siempre se siente muy mal.
Por otro lado, cuando nos encontramos con bondad inesperada, nos sentimos muy bien. Ya sea que venga de alguien que conocemos o de un total desconocido, ese acto tiene la capacidad de cambiar toda nuestra actitud. Nos alejamos del encuentro con actitud positiva y más inclinados a compartir positividad con los demás. Lo que solemos olvidar es que tanto la positividad como la negatividad se contagian: la energía que creamos cuando motivamos a alguien o desalentamos un estado de ánimo perdura mucho después de que pasa la situación.
El Centro de Kabbalah enseña que nuestras acciones son más poderosas de lo que alguna vez llegaremos a conocer. Toda acción tiene un efecto, para bien o para mal. La mayoría de nosotros entiende esto en un nivel muy básico. Sin embargo, unos pocos analizamos momento a momento. Nuestras acciones, sin importar qué tan pequeñas o aparentemente insignificantes sean, producen un efecto dominó y no hay manera de saber cuándo se detendrá o si lo hará.
Elegimos la manera en la que influimos en los demás a través de nuestras acciones. Karen Berg dice: “Cada persona en esta Tierra es un mundo en sí misma, pero cada uno de nosotros tiene un círculo de influencia que incluye a nuestra familia (nuclear y extendida), nuestros amigos, colegas y conocidos”. Pero nuestra influencia no termina con las personas que conocemos, Karen Berg agrega que “de hecho, una persona puede influir en la vida de 20, 30, 40 y, ahora con la Internet, incluso cientos y miles de personas”. Las oportunidades de extender Luz en sólo un día son ilimitadas.
Tu círculo de influencia personal es mucho más grande de lo que crees. Piensa en los efectos de tus acciones y pregúntate: ¿Estoy creando energía positiva o energía negativa en la vida de las personas que conozco? Sin importar tu respuesta, lo mismo ocurre en el mundo. Cuando extendemos positividad, quienes nos rodean se sienten bien y más motivados a hacer lo mismo.
El poder que tenemos de influir en la vida de los demás es algo que debemos considerar diariamente. Tenemos la capacidad de influir en el mundo como un todo. Michael Berg dice: “Desde tu posición estás creando una fuente de Luz. Estás realizando un gran servicio no sólo para ti, sino para la ciudad en la que estás e incluso para el mundo. La Luz no puede ser contenida por muros o fronteras”.
Cuando analizamos nuestras acciones y somos sinceros sobre la energía que estamos creando en el mundo, podemos comenzar a realizar cambios reales y duraderos en nuestra vida. Durante Rosh Hashaná, la Luz del Creador nos ayuda en nuestros esfuerzos de cambio para mejor.
Aunque siempre podemos cambiar nuestro comportamiento o intenciones, en este momento hay más Luz disponible para ayudar a asegurar nuestro éxito.
Comienza por identificar los comportamientos que te gustaría cambiar. ¿Cómo harás esos cambios? Acepta el reto de pensar y actuar en grande. Tal y como Michael Berg dice: “No debemos elegir ser un poco mejor que el año pasado. Rosh Hashaná es una oportunidad para la transformación total y verdadera”.