Este artículo fue publicado originalmente en 2018.
En la vida a veces tenemos la presión de adaptarnos a las normas de la sociedad. En la escuela quizá habremos querido ser como los demás esperando simplemente sobrevivir en el difícil mundo de la adolescencia. Pero aun como adultos, las presiones externas nos asignan una carrera, con quién casarnos, qué creer e incluso a quién y cómo orar. Estas presiones de la sociedad son muy reales y poderosas. Para algunos estas influencias se vuelven casi una comodidad ya que ofrecen un camino y preestablecen una manera de vivir. Pero para otros, adaptarse a las presiones de la sociedad puede causar bastante angustia. Para quienes cuyo espíritu pide algo fuera de la norma, obedecer la voz de la sociedad puede ser devastador. La verdad es que cada uno de nosotros es único, particular y especial.
No es necesario seguir el camino de alguien más porque cada uno de nosotros tiene un propio camino por recorrer. Venimos a este mundo con nuestro propósito y misión únicos y personales. Solo cuando despertamos y honramos este camino único, nuestra vida florece con verdadero significado. Es gracias a esas grandes almas que se atreven a tomar un camino menos recorrido que tenemos inventos, grandes obras de arte, literatura y música. Pero ir contra las normas de la sociedad no solo se limita a las artes. Cuando alguien sigue el verdadero llamado de su corazón, la magia ocurre. La experiencia humana consiste en elegir entre escuchar al mundo interno o al externo. Sin embargo, esta semana el volumen de nuestra voz interna aumenta. El cosmos nos envía un llamado desde la profundidad de nuestra alma para seguir nuestra voz interior y actuar de acuerdo con nuestro verdadero llamado. Obtenemos la valentía para escuchar esta voz sin importar a dónde nos pida que vayamos. Somos llamados a viajar, dejar atrás el pasado y recorrer el camino menos transitado: el camino de nuestra alma.
"El volumen de nuestra voz interna aumenta”.
Nuestra ayuda esta semana es la porción conocida como Lej Lejá, la cual significa “vete”. Esta porción comienza con un hombre llamado Avram que habla con el Creador. El Creador dice a Avram: “Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre …”. El Creador es el primer mentor personal del mundo. Él motivó a Avram a liberarse de las expectativas de su familia, liberarse de las normas sociales y seguir su llamado interior. Avram y su esposa, Sarai, se dispusieron a seguir sus sueños. Fueron impulsados a emprender un viaje espiritual para desarrollar la Luz del Creador en su interior. La chispa interna de Luz que todos tenemos es la fuente de nuestra bondad, amor, generosidad, talentos, inteligencia, sueños y verdadera vocación. Avram y Sarai fueron invitados a buscar su verdadero ser y revelarlo, como resultado, encendieron su chispa del Creador interior. Al hacerlo, el Creador los bendijo con prosperidad y con muchas maravillosas generaciones futuras. El viaje espiritual de Avram y Sarai se manifestó como en un cambio físico exterior. El Creador les cambió el nombre a “Avraham y Sará”, una nueva identidad que representaba su cambio y crecimiento internos. La historia de Lej Lejá en realidad es el primer curso de espiritualidad del mundo. Es nuestra clase magistral sobre cómo obtener la fortaleza y la valentía para recorrer el camino del descubrimiento de nuestro potencial interno y propósito de vida. Avraham y Sará se abrieron paso por el camino menos recorrido, de ese modo hicieron que fuese más fácil para nosotros hacer lo mismo en nuestra vida actualmente.
Al igual que una vela con una sombra oscura sobre ella, nuestra Luz y nuestra originalidad pueden ser casi apagadas. Se dice que cuando alcancemos las puertas del Cielo no nos preguntarán por qué no logramos grandes cosas como otras personas quizá lo hicieron, solo nos preguntarán si logramos las grandes cosas que nosotros estábamos destinados a lograr. Cada uno de nosotros es un diamante particular con su propio propósito en la tierra, y si no nos desarrollamos ni nutrimos, poco a poco nuestra Luz se apagará. Nadie estará más decepcionado que nosotros si no escuchamos los susurros y los deseos de nuestro corazón. Honrar nuestra voz interior es el principal viaje espiritual porque, al hacerlo, honramos la Divinidad interna que solo desea compartir, amar y cuidar a los demás. Nuestro llamado más auténtico siempre es uno que está basado en servir a la humanidad de algún modo. El camino hacia nuestra alma y el deseo de compartir son uno solo. Esta semana recibimos la energía que necesitamos para derribar las barreras que nos retienen y avanzar en este camino interno y espiritual.
"Sabes que el Creador camina contigo y te ayudará en dicho camino”.
Esta semana en tus meditaciones, dirígete a una habitación tranquila, siéntate y cierra los ojos. Presta atención a tu respiración. Respira lentamente, visualiza cómo se mueven tu pecho y tu abdomen. Dirige la atención a tu interior. ¿Hay algún sueño que una vez tuviste y quizá hayas olvidado? ¿Te sientes satisfecho y pleno? Comienza a visualizar un pequeño camino de tierra en medio de un campo. En la distancia puedes ver que el camino te lleva a una brillante luz. Esta luz te llama. Comienza a recorrer este camino. Con cada paso que das hacia la luz, sientes con más fuerza la presencia del Creador. Puedes escuchar cómo aumenta la voz de tu alma. ¿Qué te dice? ¿A dónde te dice que vayas? A menudo, el camino menos recorrido es un camino que debemos recorrer solos, pero a medida que lo transitas, sabes que el Creador camina contigo y te ayudará en dicho camino. Ya que por cada paso que estemos dispuestos a dar hacia el Creador, el Creador dará diez hacia nosotros. Es un camino que se aleja de los propuestos por la sociedad, pero es el camino de nuestra alma. Un camino que está compuesto por la alegría de alcanzar nuestro propósito de vida, y no hay alegría más grande que esa.