Como sabemos, cada mes posee una energía única y diferente, y es importante entender lo que está siendo revelado durante este mes y los regalos que están disponibles para así poder conectar con ellos y recibirlos.
Fue durante el mes de Géminis, o Siván, que ocurrió lo que se conoce como la revelación en el Monte Sinaí, la entrega de la Torá. Por supuesto, sabemos que no nos conectamos con el libro físico de la Torá sino, más bien, con la esencia, la Luz que está oculta dentro de este libro, la cual es la Luz de la eliminación absoluta del dolor, el sufrimiento y la muerte de nuestro mundo; esa primera revelación de Luz a nivel global vino a este mundo durante el mes de Géminis hace miles de años atrás.
Está escrito en el Zóhar que no todas las almas tuvieron el mérito de estar presentes en aquella revelación, pero esto parece contradecir lo que se encuentra en muchos otros escritos kabbalísticos que dicen que cada una de las almas que existieron alguna vez y que llegarán a existir estuvieron presentes durante esta revelación. Por lo tanto, los kabbalistas se esfuerzan por entender esta aparente contradicción: ¿estuvieron todos allí o no?
Hay un gran kabbalista llamado Rav Yehuda Pitaya que respondió a esta interrogante. Él dijo que cuando Moshé se dirigió a los israelitas y les dijo en este mes de Géminis que la Luz de Inmortalidad (la totalidad de la Luz del Creador) se revelaría ante ellos en unos cuantos días, todos se emocionaron. Pero después, algo ocurrió. Repentinamente las personas sintieron temor y comenzaron a retroceder.
¿Qué sucedió? Los kabbalistas explican que la primera parte del mensaje que Moshé les dio a los israelitas se trataba acerca de la revelación de la totalidad de la Luz del Creador y la eliminación del dolor, el sufrimiento y la muerte del mundo a través de dicha revelación. Todos estaban muy emocionados por esto. Pero luego vino la segunda parte del mensaje, que era la revelación de cuán desafiante es el trabajo para realmente manifestar esa Luz en este mundo; el verdadero trabajo espiritual es difícil y, algunas veces, aterrador.
Así que, aunque existió una emoción inicial, cuando los israelitas comenzaron a escuchar y a entender qué tipo de desafíos iban a encontrar, se asustaron, y se dice que comenzaron a retroceder. La mayoría de los israelitas en aquel momento dijeron: “Nos gustaría recibir el regalo que está disponible para nosotros, la eliminación del dolor, el sufrimiento y la muerte; pero estamos muy asustados”. Ellos vieron que el camino sería muy desafiante, difícil y aterrador, así que retrocedieron. A excepción de algunos cuantos. Rav Shimón bar Yojái, por ejemplo, fue uno de los pocos que dijo: “No me importa cuán desafiante sea el camino. No me importa cuán oscuro se pueda volver. Yo permanezco aquí, a través del temor y del desafío. Yo quiero recibir y revelar la totalidad de esa Luz para mí mismo y para el mundo”. Y es así como los kabbalistas explican la discrepancia entre las almas que estuvieron y las que no estuvieron en el momento de la revelación.
Inicialmente, todas las almas que existieron alguna vez y las que llegarán a existir estuvieron allí, pero cuando comenzaron a entender el camino, la mayoría de las almas dio un paso atrás, excepto por los pocos que dijeron: “Permaneceremos aquí, no retrocederemos”. Los kabbalistas enseñan que fueron estas almas, las almas que no se asustan y no retroceden por temor, las que tienen la capacidad de traer toda la Luz del Creador a este mundo. Cualquier persona que haya tenido el mérito de estar cerca del Rav Berg sabe que esta es una cualidad que el Rav siempre tuvo. Cuando otras personas retroceden, los verdaderos kabbalistas permanecen. Cuando otras personas sienten temor, los verdaderos kabbalistas permanecen. Cuando otras personas ven los desafíos y no pueden enfrentarlos, los verdaderos kabbalistas permanecen.
Por ende, en este mes podemos recibir el don que tienen los verdaderos kabbalistas: el don que le permite a un individuo permanecer conectado con la Luz del Creador. Esta es una persona que posee el compromiso, o al menos el deseo de tener el compromiso, de las almas como la de Rav Shimón bar Yojái, quien dijo: “Veo la oscuridad, los desafíos y el temor, pero sigo en pie, me quedo aquí. No retrocederé”.
Tenemos que preguntarnos: “¿Soy un individuo que permanece sin importar las circunstancias? O ¿ha habido momentos en los que el desafío es muy grande o el temor es muy grande y siento que necesito retroceder?”. Si te encuentras en este estado, sabe que en este mes puedes asumir el compromiso y pedir por ese regalo de fortaleza; fortaleza para no retroceder ante los desafíos, el dolor y el temor.
Durante este mes de Géminis podemos pedir el regalo que Rav Shimón bar Yojái tuvo: cuando todos los demás sintieron temor y huyeron, él se quedó. Cuando todos los demás decían que los desafíos serían muy grandes, él permaneció allí. Podemos pedirle a la Luz esa fortaleza para permanecer e incluso avanzar hacia adelante. Ese es el obsequio de este mes: el don de la fortaleza, de permanecer cuando venga el desafío, de permanecer cuando venga la oscuridad, de permanecer cuando sientas temor. Y a través de ese compromiso y esa fortaleza de permanecer, atraer la totalidad de la Luz del Creador.
