Sustantivo
DEFINICIÓN
La Kabbalah enseña que todos nacemos en este mundo con algo llamado tikún, lo cual se traduce como “corrección”. Nuestro tikún son aspectos personales que estamos destinados a reparar o “corregir” en este tiempo de vida. Lo que hicimos en encarnaciones anteriores —como las decisiones o las acciones que derivaron de la reactividad y el egoísmo— influye nuestra vida actual; desde una perspectiva kabbalística, la reencarnación es el proceso que el alma atraviesa para corregir estos comportamientos. El tikún de cada persona es único y puede estar, por ejemplo, en áreas como la autoestima, el dinero, la ira o las relaciones.
El proceso de tikún no es un castigo; su propósito es ayudar a nuestra alma a progresar para que alcancemos nuestro máximo potencial. Por lo tanto, una vez que comenzamos a reconocer nuestro tikún, la vida puede comenzar a tener más sentido, incluso cuando estemos enfrentando retos, porque sabemos que esas dificultades están allí por una razón: permitirnos transformar los aspectos egoístas de vidas pasadas.
USO
¿Cómo podemos comenzar a ver cuál es nuestro tikún? Rav Berg dice que el proceso de tikún es lo que cada día conduce nuestro patrón de pensamiento, emociones y actividades. Por ello, al simplemente volvernos conscientes de estas cosas, comenzamos a volvernos conscientes de nuestro tikún. Otra forma de conocer nuestro tikún es al notar qué nos causa dolor o incomodidad; usualmente esto es un signo claro de las áreas que necesitamos corregir. Además, si nos encontramos enfrentando las mismas situaciones de manera repetitiva, se debe a que en ellas todavía hay una lección que necesitamos aprender.
También podemos descubrir nuestro tikún al ver nuestra carta astrológica. La astrología kabbalística explica que nuestra carta es como un mapa que nos muestra exactamente qué debemos corregir. Cada signo tiene aspectos positivos y negativos que nos dirigen tanto a nuestras fortalezas como a nuestras áreas de corrección; por esto, antes de venir a este mundo, el alma escoge el tiempo exacto en el que nacerá, a fin de determinar las mejores oportunidades para alcanzar su tikún. Esto también incluye escoger a sus padres y su entorno.
Para corregir nuestro tikún, primero debemos estar abiertos a ver los comportamientos que necesitamos transformar. Luego, cuando se nos presenta la oportunidad para cambiar cierto comportamiento, tomar la decisión de trascender nuestra naturaleza reactiva o egoísta en ese momento.
SABIDURÍA MÁS PROFUNDA
Rav Berg enseña que si bien casi toda alma en este mundo físico ha regresado para hacer su corrección, hay algunas pocas excepciones. Hay almas inusuales que han completado su tikún y regresan con una misión específica que no tiene nada que ver con ellas. Rav Shimón bar Yojái fue una de esas almas; él no tenía razón kármica por la cual estar aquí hace más de dos mil años, y vino por el único propósito de revelar el Zóhar. Del mismo modo, Rav Yitsjak Luria regresó solamente para interpretar el Zóhar y difundir su Luz.