En el prólogo a las Diez Emanaciones Luminosas, Rav Áshlag cita a los sabios de la antigüedad y escribe: “Él creó los Mundos para beneficiar a los seres que Él creó porque la naturaleza del bien es hacer el bien” (And you shall choose life, página 6). Todo el universo físico fue creado únicamente para que nosotros disfrutemos la energía maravillosa y divina del Creador. Pero ¿disfrutamos de esta energía todos los días? ¿Todo el tiempo? En otro escrito antiguo (La Mishná) nos recomiendan que cada uno de nosotros debería pensar: “Todo el mundo fue creado para mí”.
¿Qué significado tiene para mí lo anterior en mi vida diaria? Significa que el mundo, tal y como fue creado, es perfecto para mí. Todos los recursos que alguna vez necesitaré para llevar a cabo el trabajo que vine a hacer a este mundo ya se encuentran en mi posesión. Además, todo el entorno que necesito para completar mi tikún (corrección) fue creado perfectamente para satisfacer mis necesidades y darme cualquier tipo de provisión que necesite en mi vida. En la naturaleza, tal y como fue creada, podemos encontrar la cura para las enfermedades y padecimientos.
Interferir en la naturaleza es violar el plan maestro del Creador para darnos todo lo que necesitamos para realizar nuestro trabajo espiritual en este mundo.
No me refiero al ambiente inmediato que damos por sentado, sino a todas las personas que son puestas en nuestra vida para que sean nuestros espejos. Nuestros padres, hermanos, vecinos, amigos, compañeros de trabajo y las personas que conocemos al azar, ninguno viene a nuestra vida por casualidad. Todo lo anterior busca beneficiarnos a cada uno de nosotros para que la Luz pueda de hecho darnos más y compartir con nosotros más de su beneficencia, como Rav Berg solía recordarnos constantemente.
Si has estado estudiando Kabbalah, quizás estés familiarizado con el concepto del “Pan de la Vergüenza”, la sensación incómoda que se genera cuando recibimos algo sin haberlo ganado. Los kabbalistas enseñan que nuestro trabajo en este mundo es eliminar el Pan de la Vergüenza al ganarnos las bendiciones que vienen de la Luz. Tenemos que hacer una cadena de favores con todo aquello que recibimos.
¿Qué hemos hecho hoy para ganarnos el regreso de nuestra alma del mundo espiritual, el plano del 99%? ¿Cómo podemos ganarnos el oxígeno que respiramos? ¿Qué hemos hecho el día de hoy para ganarnos las frutas y los vegetales que crecen en nuestra tierra? ¿Qué hemos hecho por nuestro sistema inmunológico que combate constantemente contra el ambiente hostil?
Puedo continuar haciendo este tipo de preguntas. La verdad es que damos por sentado el 99% de nuestra vida sin pensar en todos los regalos que recibimos de la Luz.
La porción de esta semana es Bereshit (Génesis) y trata acerca de comenzar el ciclo nuevamente, desde el inicio. Vamos a responsabilizarnos y a decir: “El mundo fue creado para mí y por ello es mi responsabilidad mejorarlo. No puedo esperar a que el resto de la gente actúe como Dios, lo haré yo mismo y daré el ejemplo a los demás”. Las otras personas seguirán el ejemplo con el tiempo, así que: ¿por qué no empezar el día de hoy?