Ninguno de nosotros es inmune a los tiempos difíciles. Todos atravesamos desafíos; algunos parecen venir de la nada y otros llegan pisando los talones del reto que acabamos de atravesar, lo cual nos hace preguntarnos cuándo tendremos un respiro. Es fácil ver estos períodos de nuestra vida a través de los ojos de víctima, lamentando la situación, culpando a los demás o sumiéndonos en la tristeza. Sin embargo, el Centro de Kabbalah enseña que los tiempos difíciles que atravesamos no ocurren al azar. Las situaciones que parecen ser negativas son de hecho lecciones puestas en nuestro camino que nos dan la oportunidad para transformarnos.
De acuerdo con Karen Berg: “Cualquier desafío que surja en la vida es parte de un diseño cuya intención es ayudarte a crecer y a cambiar. Mientras más ardua sea la dificultad, mayor es la oportunidad que te permitirá corregir tus acciones para que conectes con la Luz. Esto es una realidad incluso para las peores situaciones”.
El cambio no siempre es sutil o bonito, pero podemos tomar acciones para hacer que el camino sea un poco menos turbulento. Comienza por aceptar que no podemos controlar los eventos que ocurren a nuestro alrededor, lo que sí podemos controlar es nuestra respuesta ante esos eventos y la forma en la que interactuamos con las personas involucradas. Cuando andamos por la vida en piloto automático, algunas veces reaccionamos a las cosas sin tomarnos el tiempo para deducir cómo nos sentimos, qué pensamos al respecto o cuál sería la mejor manera de proceder.
La reactividad siempre hace que las situaciones difíciles sean peores, todos hemos dicho o hecho cosas de las cuales nos hemos arrepentido después.
Cuando las cosas no salgan como esperas, mantén la calma y date algo de tiempo para responder con una intención; esto incluso podría implicar que salgas de la situación para obtener más claridad. Cuando nos encontramos en medio de una crisis es difícil escuchar a tu intuición o ver hacia qué dirección te guía la Luz. Esto es particularmente cierto cuando hay muchas personas a tu alrededor ofreciéndote consejos o reaccionando de acuerdo a sus propias experiencias. Date a ti mismo una pausa y piensa antes de actuar.
Cuando recordamos que hay una lección esperándonos en cada encuentro negativo, es más fácil que cambiemos de perspectiva para observar lo positivo de la situación. Si bien la intención del Creador puede no siempre ser clara al inicio, confía en que cada desafío que enfrentas en la vida está destinado para ti. Lo que puede parecer un desvío equivocado es en realidad una señal de que estás exactamente donde debes estar.
En su libro Ser como Dios, Michael Berg escribe:
“El viaje a Dios es un asiento expulsor de la zona de comodidad. Si las señales dicen INCOMODIDAD, sabemos que estamos en el camino correcto. Cuando actuamos en contra de nuestra naturaleza humana, estamos en el camino correcto. Cuando alguien hiere nuestro ego y en vez de huir enojados como de costumbre, nos quedamos y analizamos el dolor, recibimos con gusto la herida y sentimos gratitud hacia los ofensores porque nos han dado la oportunidad de traer más Luz y menos comodidad a nuestra vida, entonces estamos en el camino correcto”.
Aunque rara vez invitamos al dolor y a las dificultades a nuestra vida, es importante recordar que los desafíos nos ofrecen la oportunidad para crecer y transformarnos. Así que, cuando nos encontremos en medio de una experiencia negativa, nos ayudaría mantener en mente que, sin importar cuán difícil es la situación, todos los caminos conducen a un fin. Al final, la vida no se trata acerca de lo que te ha ocurrido, sino de cómo has manejado [SF1] los sucesos de tu vida y cuán fuerte te has vuelto como consecuencia.