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El dar transformador

Centro de Kabbalah
Julio 30, 2013
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“En la caridad deberás ser establecido”
El Zóhar, Isaías 54:14

En un día, puede que se nos pida dar múltiples veces. Desde campañas políticas hasta personas que piden en la calle para organizaciones que alimentan a los niños, el llamado a dar puede sentirse interminable. Los medios sociales han hecho fácil la recolección de dinero a través de sitios para la financiación colectiva, Facebook, Twitter e incluso mensajería de textos, todos se han unido a la solicitud de fondos. Puede ser abrumador, tanto que quizás nos inclinemos a evitar dar en lo absoluto. Pero el acto de compartir nuestros recursos con otros es primordial en nuestro crecimiento espiritual. El filósofo y político Séneca dijo: “No hay deleite en ser dueño de algo que no pueda ser compartido”. Tan importante es la idea de dar que los kabbalistas han categorizado tres tipos diferentes, cada uno importante por diferentes razones: el dar comunitario, el diezmo y la caridad o tzedaká.

El dar comunitario:

Este tipo de dar es parte de ser un ciudadano activo en nuestra comunidad. Es la responsabilidad que tenemos de cuidar a otros. El dar comunitario implica dar tiempo, energía y dinero para reparar los daños que hemos realizado colectivamente. Al transformar nuestra comunidad para que sea mejor, también nos transformamos a nosotros mismos. El dar comunitario nos ayuda a conectar con otros y a comprobar cómo el compartir evita el caos en nuestras vidas. Al ayudar a otros, nos estamos ayudando a nosotros mismos.

Organizaciones sin fines lucrativos trabajan en esto de diversas formas, algunas a través de clínicas médicas y programas de rehabilitación, otras a través de grupos de limpieza de playas y parques. De la misma forma en la que una familia debe unirse para mantener el hogar organizado, los miembros de una comunidad deben también atender el cuidado del uno por el otro y el cuidar nuestro ambiente. Las mismas reglas aplican (Si haces un desorden ¡Límpialo! Si lo rompes ¡Repáralo!).

El diezmo:

Los kabbalistas enseñan la importancia del diezmo, dar 10 porciento de tus ingresos. El capítulo bíblico de Reé explica cómo los israelitas están destinados a diezmar. Moisés enfatiza la necesidad de hacerlo: “Si sigues las leyes de Dios, serás bendecido más que todas las personas de la tierra”.

Por lo general el diezmar es confundido con dar a la caridad. El propósito no es ayudar a otros o recibir un sentimiento caluroso positivo. Diezmamos para crear abundancia en nuestras vidas. Al mantener el flujo de abundancia en circulación, conservamos los canales abiertos y despejados para que sean enviadas bendiciones hacia nosotros. En su libro El camino del Kabbalista, Yehuda Berg explica las consecuencias de descuidar esta responsabilidad: “Si no diezmamos, literalmente le hemos entregado a la fuerza negativa un pedazo de nuestro ingreso y una ventana para que pueda entrar. El diezmar cierra de una vez esa ventana”. Diezmar es nuestra obligación espiritual, si no lo hacemos, diez por ciento de nuestro ingreso nos será arrebatado.

Algunos lo comparan con eliminar una naranja podrida de un recipiente de frutas. Eliminar la pieza dañada evitará que el resto se dañe. El diezmo preserva la abundancia.

La Tzedaká

Cuando damos por encima y más allá del diez por ciento de nuestro ingreso, lo que se conoce como tzedaka, compartimos teniendo el deseo de recibir para otros. Mientras más das, más milagros y bendiciones puedes recibir en la vida.

Los kabbalistas enseñan que deberíamos dar más allá de nuestra zona de comodidad. Para algunos dueños de negocios lucrativos, dar dinero puede ser fácil y causar poca incomodidad. El acto más transformador para tal persona podría ser dar tiempo de voluntariado, ser tutores de niños desamparados, hornear galletas para recolección de fondos o ser mentor de adolescentes en situaciones de riesgo.

En su libro El secreto, Michael Berg especifica: “Antes de que hagamos cualquier cosa o demos cualquier cosa, ya sea dinero, amor o consejos, nuestra acción está definida por el carácter del deseo que está detrás de ella, y la Kabbalah enseña que el verdadero compartir está definido por nuestro deseo de transformación espiritual”. Algunos escogen dar de forma anónima, el mayor nivel de dar ya que no existe reconocimiento social por hacerlo. Otros escogen dar a organizaciones que promuevan la independencia y la autosuficiencia. Considera dar antes de que se te pida, anticípate a las necesidades de otros y busca organizaciones que valgan la pena apoyar.

Pese a cómo decidas compartir tus recursos con otros, da alegremente, sabiendo que estás ayudando a disminuir el caos y la oscuridad en el mundo y creando más Luz para todos.


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