El Shabat de la porción de Haazinu coincide con uno de los diez días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, y se llama Shabat Shuvá, el Shabat del Regreso. Pero antes de hablar sobre la importancia espiritual de esta porción, considero que es importante entender claramente el proceso por el que nuestra alma pasa durante estos diez días.
"Es importante entender claramente el proceso por el que nuestra alma pasa durante estos diez días".
Rav Yitsjak Luria, el Arí, explica que el gran secreto de Rosh Hashaná está en la historia de Adán y Eva, en el Libro de Génesis. Adán y Eva nacieron al mismo tiempo y Dios puso a Adán a dormir, lo puso en un estado conocido como dormita para poder separarlos el uno del otro. Así pues, el concepto dormita es cuando se pone a Zeir Anpín, el Hombre Supremo representado por nosotros, en un estado de sueño espiritual y luego se separa los dinim, juicios, para ser entregados a Maljut, la Mujer Suprema. Dar los juicios a Maljut es interesante porque, usualmente, cuando pensamos en los juicios de palabra, tienen una connotación negativa, pero en este caso, durante el proceso que ocurre, se ponen los juicios en Maljut, el lugar de donde recibimos Luz.
Así pues, hay dos pasos en este proceso y entenderlos es importante. Primero, se elimina las klipot —nuestras partes completamente oscuras, los dinim— y este es un proceso por el que pasaremos durante Rosh Hashaná. Pero el segundo paso es que también tenemos que ser capaces de transformar una parte de esta oscuridad, que está en forma de juicio, en Luz. Por eso, uno de los mayores propósitos de Shabat Shuvá es no sólo eliminar el juicio, sino también ser capaces de transformar el juicio en Luz.
El Zóhar dice que Rosh Hashaná es el tiempo en el que el Creador se sienta en el Trono del Juicio. En consecuencia, comenzar en Rosh Hashaná y continuar por los diez días e incluir Yom Kipur, nos da la oportunidad y habilidad para transformar nuestro propio juicio despertado en Luz. Entonces, hay una eliminación y luego una transformación; nos debemos concentrar en estos dos aspectos.
El Arí explica este proceso de la siguiente manera: después de renacer a través de nuestra participación en el proceso espiritual de Rosh Hashaná y el trabajo que hacemos en Shabat Shuvá y los diez días que preceden a Yom Kipur, eliminamos las klipot, las partes menos elevadas de las que queremos deshacernos. Cuando se eliminan las klipot, ya no pueden adherirse al juicio, a la parte que usamos erróneamente durante el año y que queremos transformar en Luz. Las klipot ya no pueden afectar al juicio ni a las partes que pueden ser transformadas. Y luego comienza el proceso de eliminar los juicios del Supremo Zeir Anpín y transferirlos a Maljut. Todos estos juicios, que son energía que no necesariamente ha sido manifestada en forma de Luz por nosotros en el pasado, son entregados a Maljut
En Shabat Shuvá leemos Devarim 3:22. Dice: Yaarof kamatar likji, es decir, “Mi doctrina caerá como la lluvia”. Muchos comentaristas tienen problemas para entender de qué habla este versículo. La palabra yaarof significa literalmente: “eliminar”; Por lo tanto, yaarof kamatar likji significa que la Luz y la sabiduría que recibimos debe ser eliminada. Pero ahora entendemos que esa parte de nuestro proceso en Shabat Shuvá es, por un lado, ver los aspectos de nuestro ser que queremos eliminar y dejar atrás. Tenemos que apreciar este proceso porque se conectó mucha negatividad con nosotros hasta antes de Rosh Hashaná y, una vez que hacemos nuestras conexiones de ese día, no tenemos que seguir estando unidos a la negatividad. No tenemos que regresar a ninguna de nuestras negatividades ni características negativas.
“Nuestro proceso en Shabat Shuvá es… ver los aspectos de nuestro ser que queremos eliminar y dejar atrás”.
En Rosh Hashaná nos desconectamos de nuestra negatividad y de nuestros aspectos negativos, y, en Shabat Shuvá tenemos el poder de Yaarof kamatar likji. La Luz que recibimos en Rosh Hashaná tiene el poder de eliminar las partes de nosotros a las que no queremos regresar. Esto es importante por muchas razones, entre estas el hecho de que los kabbalistas enseñan que cada acción negativa que hacemos crea un ángel negativo, y el Zóhar dice que cada ángel negativo que creamos se queda en nuestra vida; cada vez que hay caos, dolor o carencia es debido a que esos ángeles negativos que creamos están presentes para hacernos daño.
Pero en Rosh Hashaná nos desconectamos de estos ángeles negativos porque nos elevamos a un lugar superior. ¿Eso significa que matamos a los ángeles? No, simplemente significa que lo que logramos en Rosh Hashaná, en esencia, fue que los ángeles negativos que creamos no siguen estando en nuestro plano y no pueden tocarnos, hacernos daño ni traer caos a nuestra vida… siempre y cuando no regresemos a ellos. Es muy importante que entendamos esto. Estos ángeles negativos aún están aquí, pero existen en un plano inferior, un lugar en el que estábamos antes de Rosh Hashaná y, si regresamos allí, a nuestra negatividad previa, esos ángeles regresarán a nosotros. Así pues, el regalo de Yaarof kamatar likji significa que con la Luz que recibimos en Rosh Hashaná, eliminaremos todos esos ángeles negativos que hemos creado, siempre y cuando no regresemos a ellos. Si volvemos a comportarnos de la misma manera que antes de Rosh Hashaná, no sólo no nos elevamos, sino que también nos encontraremos rodeados de todas estas fuerzas que queríamos dejar atrás.
Por eso, en Rosh Hashaná hacemos dos cosas: eliminamos nuestra conexión con las fuerzas negativas y los ángeles que creamos porque nos elevamos a un nuevo lugar. Y todas esas fuerzas de negatividad, sin importar lo fuertes y poderosas que sean, no siguen estando en nuestra vida. Pero tenemos que saber que después de Rosh Hashaná no podemos regresar a cómo era nuestra vida antes. Porque luego, no sólo se anula el trabajo por completo, sino que también se elimina la separación que creamos entre nosotros y estas fuerzas negativas de caos y destrucción. Y si se elimina dicha separación, todos los ángeles negativos y fuerzas de caos pueden regresar a nuestra vida.
El secreto del significado de la frase Yaarof kamatar likji es que con las conexiones que hicimos en Rosh Hashaná, eliminamos el poder de las fuerzas negativas que creamos con nuestras acciones negativas durante el año pasado e incluso las de años y vidas anteriores. Pero tenemos que entender que la única manera en la que podemos protegernos de dichas fuerzas es si realmente estamos en un lugar distinto —no sólo ayer, antier u hoy— si realizamos un cambio de vida verdadero. Si regresamos a las mismas situaciones de ira, celos y Deseo de Recibir para Sí Mismo después de Rosh Hashaná, entonces esas fuerzas siguen en nuestro plano y pueden seguir haciendo daño. Para asegurarnos de mantener alejadas esas fuerzas de nuestra vida debemos cambiar nuestra vida realmente. No significa necesariamente que debemos cambiar por completo, pero debe haber determinado nivel de ira, celos o Deseo de Recibir para Sí Mismo al que no regresemos más.
“La Luz que recibimos en Rosh Hashaná tiene el poder de eliminar las partes de nosotros a las que no queremos regresar”.
Es importante saber que, desafortunadamente, la mayoría de nosotros, durante nuestra vida creamos ángeles de caos y cada carencia que sentimos el año pasado viene de esas fuerzas que creamos y siguen presentes. Pero en Rosh Hashaná tuvimos la oportunidad de desconectarnos de ellas y asegurarnos de mantenerlas al menos inactivas (si no muertas) e incapaces de inmiscuirse en nuestra vida, tenemos que quedarnos en un lugar distinto. Si nos quedamos en un lugar elevado, estas fuerzas de klipot y negatividad intentarán encontrarnos, pero no podrán porque ya no estamos allí. Pero si regresamos, ellas seguirán allí y nosotros habremos regresado al caos que existía allí. Y ellas tienen la fuerza para desatar el mismo, si no más, desastre que antes.
Este es un profundo entendimiento del proceso de transformación. Tal y como explica el Arí, eliminamos las klipot, pero también está el aspecto de dinim, juicios, que en realidad necesitamos. Transformamos los dimim en Rosh Hashaná y continuamos transformando estos juicios en los días de Rosh Hashaná hasta Yom Kipur, y especialmente en Shabat Shuvá, cuando regresamos la energía perdida que llegó hasta el juicio y la convertimos en Luz que podemos usar en el año entrante.