En el año 1959, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) estableció que no había relación alguna entre los niveles de colesterol y las enfermedades del corazón, la FDA declaró que “la influencia del colesterol en las enfermedades del corazón y las arterias no ha sido comprobada”.
No fue sino hasta los años 80 que la ciencia finalmente entendió que la grasa y el colesterol en la sangre causan bloqueos en las arterias, lo que puede llevar a enfermedades del corazón. Además, en estos últimos años la ciencia confirmó que existen dos tipos de colesterol, colesterol “bueno” y colesterol “malo”.
La versión en inglés del Zóhar Pinjás, volumen 20, versículo 220 dice
כְּגַוְונָא דְּאִית בְּגוּפָא, חֵלֶב טָהוֹר וְחֵלֶב טָמֵא, דָּם צָלִיל בְּלָא פְּסוֹלֶת, וְדָם עָכוּר בַּפְּסוֹלֶת.
Se traduce como: Tal y como en el cuerpo están presentes partes grasosas puras e impuras, sangre limpia sin materia residual y sangre contaminada con materia residual, también éstas están presentes en las arterias de sangre en el corazón.
Según el Zóhar, las enfermedades del corazón, el daño cerebral y la muerte ocurren cuando nuestras arterias contienen altos niveles de “grasas impuras” en oposición a las “grasas puras”.
Según el Zóhar, las enfermedades del corazón, el daño cerebral y la muerte ocurren cuando nuestras arterias contienen altos niveles de “grasas impuras” en oposición a las “grasas puras”.
El Zóhar fue escrito hace más de 2000 años y, sin embargo, podemos observar que ya abordaba la idea de grasas buenas y malas en nuestra sangre y órganos internos, un concepto que ahora, después de dos milenios, ha sido comprobado como un hecho por la comunidad científica.