Cuando Moshé se dirigió a los israelitas en la porción de Vaerá, les dijo que habían pasado por cientos de años de dolor, sufrimiento y muerte, y que había una manera de librarse de ellos: realizar un cambio de conciencia. Les dijo: “Si en este momento pueden aceptar, desear y trabajar por una conexión consciente y constante con la Luz del Creador, todo esto terminará. Todo este dolor, sufrimiento y oscuridad tendrá que terminar porque ningún daño le ocurre a un individuo cuya conciencia está constantemente conectada con la Luz del Creador. El día de hoy, pueden decidir cambiar su conciencia, de ese modo, ni el Faraón ni los egipcios podrán hacerles daño”.
Si los israelitas hubiesen logrado aceptar este trabajo de conciencia, nada más les habría ocurrido. No habría habido diez plagas, más oscuridad ni más dolor. Pero está escrito que no escucharon a Moshé y que su “espíritu era corto”. Su conexión no era lo suficientemente fuerte como para hacer este trabajo de conciencia.
¿Qué significa eso? Los kabbalistas hablan sobre una serie de semanas, que comenzó a partir de la semana pasada, llamadas el tiempo de Shovavim, un período de purificación, especialmente en el ámbito sexual, pero en general, estas son semanas en las que los individuos pueden verdaderamente purificarse. Suena fácil, ¿no? Todo lo que tengo que hacer, sin importar lo que ocurra, es tener conciencia de que la Luz del Creador está presente y que estoy conectado con ella. Pero ¿sabes qué? La capacidad para hacer eso depende de la fuerza del alma de la persona. Si un individuo, a lo largo de su vida, ha realizado acciones del Deseo de Recibir para Sí Mismo, negatividad y oscuridad, entonces no importa cuánto quiera tener esta conciencia, no podrá.
Así pues, en una conversación que sabemos que no fue física sino espiritual, los israelitas le dijeron a Moshé: “Tenemos que ser sinceros con nosotros mismos sobre cuánto daño le hemos hecho a nuestra alma por medio de acciones de negatividad y Deseo de Recibir para Sí Mismo. Estamos en una situación en la que nuestra alma no puede darnos esa fuerza de conciencia”. Y, por lo tanto, no fue que lo israelitas dijeron que no querían. Sí querían, pero sabían que no podían. Está escrito que su espíritu era corto, eso significa que su capacidad para mantener su conciencia era débil debido a sus acciones de Deseo de Recibir para Sí Mismo.
Moshé dijo: “Está bien, entiendo. Aún no están en condiciones. No pueden tener esta conciencia. Tomaremos el otro camino, el más largo, el camino distinto al de la conciencia transformada y tendremos más oscuridad y dolor; tendremos las diez plagas”. Por lo tanto, todo el propósito de las diez plagas y el resto de dolor, sufrimiento y oscuridad que hubo en Egipto fue para darles a los israelitas la fuerza para llegar a esa conciencia. Debido a que la Redención, y la eliminación de oscuridad, dolor y sufrimiento, sólo pueden ocurrir de esa manera.
El propósito de cada una de las diez plagas era eliminar algo de oscuridad de las almas de cada uno de los israelitas y darles la capacidad de tener la conciencia de la que hablamos. Y a través de las diez plagas y la oscuridad de Egipto, los israelitas lograron tener dicha capacidad. ¿Qué ocurrió después de la décima plaga? Los israelitas fueron purificados lo suficiente como para tener conciencia verdadera constantemente y conexión con la Luz del Creador, y por eso los egipcios tuvieron que liberarlos porque, una vez que alguien llega a ese estado de conciencia, ninguna negatividad puede tocarlo. Así pues, el Faraón, los egipcios y la negatividad no tuvieron opción, no pudieron tocar más a los israelitas.
Por tal motivo, antes de hablar de las plagas, la Torá quiere decirnos por qué fueron necesarias. Su único propósito era llevar a los israelitas a un estado de conciencia en el que estuvieran constantemente conectados con la Luz del Creador y, por lo tanto, los egipcios tuvieran que dejarlos ir.
El proceso de las diez plagas tuvo que ocurrir, y el propósito de la purificación de estas semanas en las que estamos, llamadas Shovavim, es poder darnos la capacidad de tener conciencia. El propósito de estas semanas es eliminar ese equipaje, no sólo para ser puros, sino para ser capaces de llegar a un estado en el que podamos tener verdadera conciencia.
También tenemos que preguntarnos si podemos mantener esa conciencia. La respuesta en la mayoría de los casos es no, y la razón es todo el equipaje negativo que aún cargamos. Por lo tanto, debemos estar conscientes de por qué queremos purificarnos y eliminar toda la negatividad que hemos atraído a nuestra vida debido al Deseo de Recibir para Sí Mismo. No porque queramos ser una persona espiritual, sino porque si queremos alcanzar, como ya dijimos, la protección que viene de una conexión consciente y constante con la Luz del Creador, no podremos tenerla mientras tengamos aún este equipaje. Esta es la Luz que brilla durante estas semanas.
Durante estas semanas pedimos que, debido a todas las cosas negativas que hemos hecho, también nos purifiquemos al igual que los israelitas; así podremos llegar a ese estado de conciencia, de conexión constante con la Luz del Creador, y luego llegar a un estado en el que ninguna negatividad pueda tocarnos. Este es un entendimiento muy importante y un regalo que está disponible para nosotros durante estas semanas.
