La porción de Bo comienza con el Creador diciéndole a Moshé: “Ven al Faraón”. El Zóhar y los kabbalistas señalan que, en términos gramaticales, la palabra a utilizar debió haber sido “ve”, para formular la frase: “Ve al Faraón”. Sin embargo, bo significa “ven”, como si hubiera un lugar superior en el que se encontraba el Faraón y al que Moshé debía llegar, o como una indicación con respecto a dónde debía ir Moshé para poder ocuparse de esta fuerza de negatividad llamada Faraón.
Entonces, ¿por qué se utiliza la palabra “ven” en lugar de “ve”?
Hay dos partes de nuestra vida que están representadas por el Tetragrámaton, el Nombre de Dios de cuatro letras: la combinación Yud Hei representa los niveles superiores y la combinación Vav Hei representa los niveles inferiores. Y aunque Yud Hei, por ejemplo, representa los momentos en los que estamos en el plano espiritual superior, cuando hacemos nuestras conexiones, estudiamos y oramos, en realidad resulta mucho más difícil mantener una conexión con la Luz del Creador cuando estamos haciendo cosas relacionadas con la materialidad de este mundo.
La razón por la que aún hay tanta oscuridad en nuestra vida y a nivel global es porque no hay Luz que provenga de Vav Hei, la parte inferior, en los momentos en los que estamos trabajando y ocupados en el mundo físico. Y debido a que no hay Luz que provenga de esa parte de nuestra vida, la Redención no ha ocurrido. Este es un concepto muy importante que los kabbalistas enseñan: la Redención no ha ocurrido no porque no haya suficientes personas que estén estudiando, orando y haciendo el trabajo espiritual, sino porque no hay suficientes personas involucradas con la parte inferior de este mundo y nuestra existencia, en lo que llamamos Vav Hei. No hay suficiente Luz siendo inyectada en la conciencia y en la conexión en esa área.
El aspecto que detiene tanto nuestra redención individual como la redención global no es el trabajo espiritual, es la parte física de nuestra vida que no recibe la cantidad suficiente de la Luz del Creador. Antes del Fin de la Corrección, antes de que el dolor y el sufrimiento puedan ser eliminados de nuestro mundo, tiene que ocurrir la unificación de Yud Hei y Vav Hei, la unión de lo físico y espiritual. Y esto no significa que debemos hacer más trabajo espiritual, orar más y estudiar más (aunque hacerlo siempre es importante), sino que tenemos que llenar Vav Hei, la parte física de nuestra vida, con la Luz del Creador. Así, ocurrirá la unión de Yud Hei y Vav Hei.
Es por ello que los kabbalistas explican que este es el secreto de por qué está escrito bo, “ven”, al inicio de la porción. Cuando el Creador habla con Moshé y le dice: “Ven al Faraón”, quiso decir que viniera a la materialidad de este mundo, a las personas que están trabajando, que están haciendo cosas del mundo físico, porque Vav Hei inferior, la parte inferior de nuestra vida, debe llenarse con Yud Hei, el nivel espiritual. Y cuando Yud Hei y Vav Hei sean unificados, la Redención podrá ocurrir.
Es importante que estemos conscientes de esto, porque incluso aquellos de nosotros que somos espirituales y hacemos el trabajo espiritual no lo estamos conectando lo suficiente a Vav Hei, al trabajo de la materialidad de este mundo. Cuando una persona está más conectada con la Luz cuando ora o estudia de lo que está cuando trabaja, quiere decir que está separando Yud Hei, el Mundo Superior, de Vav Hei, el mundo físico. Sin embargo, la Redención ocurrirá solo cuando Vav Hei, la materialidad de este mundo, también sea elevado.
El propósito de la vida es llenar las partes físicas de nuestra vida y del mundo con una conciencia constante de la Luz del Creador. Por ende, debemos tener plena conciencia de nuestra conexión con el Creador cuando estemos involucrados con el mundo físico, e inyectar esa Luz y esa conciencia en las cosas físicas que llevamos a cabo. Esta es una enseñanza profundamente importante, y es la única forma de unir Yud Hei con Vav Hei para traer la Redención.