Un hombre aplica a un trabajo tras otro, pero siempre eligen a otro aspirante. En un par de meses se rinde en su búsqueda de trabajo.
Una mujer reprueba repetidas veces el examen de admisión de la carrera que quiere comenzar. Después de la tercera vez se rinde y decide cambiar sus planes profesionales.
El fracaso continuo puede resultar para algunos de nosotros en lo que los psicólogos llaman impotencia aprendida, un estado mental que aparece cuando un individuo siente la pérdida de control sobre los resultados de una situación. La impotencia aprendida suele aparecer después de una serie de eventos negativos que dejan al individuo preguntándose, “¿Para qué intentarlo?”, sin embargo, los kabbalistas enseñan que tenemos más control del que creemos sobre los eventos, no hay nada de impotentes en nosotros.
Cuando aplicamos la sabiduría de la Kabbalah en nuestra vida diaria y no vemos resultados, la impotencia puede inundar nuestra mente. Pensamos, “no funciona”, y todo nuestro buen trabajo parece no tener sentido. Estos son simplemente pensamientos reactivos. No sólo debemos resistirnos a estos pensamientos, sino que debemos resistirnos a la búsqueda de resultados.
Cada vez que buscamos un resultado perdemos el impulso al cortar el estado mental positivo que atrae a la Luz. De repente nuestra concentración pasa de estar en lo que estamos compartiendo a estar en lo que estamos recibiendo.
La diferencia entre lo que creemos que podemos hacer y lo que realmente podemos hacer depende en gran medida de nuestro estado mental. El sentimiento de impotencia viene como resultado de los pensamientos y sentimientos negativos que permitimos que tomen el control.
Pero esos pensamientos y sentimientos se pueden cambiar, sólo se necesita conciencia. Controlamos los eventos de nuestra vida al elegir a la Luz sobre nuestros sentimientos, pensamientos y reacciones negativas. Cuando dirigimos nuestros pensamientos hacia lo positivo, eliminamos lo negativo. No siempre es fácil, especialmente cuando pasamos por dificultades y fracasos repetidamente. Hace falta diligencia y práctica.
Jack Canfield y Mark Victor Hansen, el equipo creativo que produjo “Sopa de Pollo para el Alma”, fueron rechazados 140 veces antes de que una editorial le diera una oportunidad a su colección de historias inspiradoras. Steven Spielberg aplicó para la escuela de cine de USC dos veces y no fue aceptado. Luego se graduó de Cal State Long Beach. Vincent Van Gogh sólo vendió una pintura en toda su vida, sin embargo, fue lo suficientemente prolífico como para completar 800 piezas de arte. Su cuadro más famoso está valorado en 142.7 millones de dólares. Claramente, estas personas creativas pasaron por dolorosos contratiempos que pudieron haberlos desviado del curso de no haber puesto la mente sobre la materia.
El siguiente ejercicio puede ayudarnos a reconfigurar nuestras perspectivas y evitar la impotencia para que continuemos recibiendo la energía de compartir.
Primero identifica una creencia negativa que te gustaría cambiar. Por ejemplo, “nunca entraré a la escuela de medicina”. Luego reescribe mentalmente el pensamiento como una afirmación positiva, “Me aceptarán en una buena escuela de medicina y tendré una enriquecedora carrera”.
Cuando recites tu nueva afirmación, toma nota de los pensamientos y sentimientos que aparezcan. En un primer momento podrías tener una respuesta negativa. Recuerda que ésta es sólo una reacción a una creencia anterior que ahora estás dejando ir. Repite diariamente tu nueva afirmación, hasta varias veces en un día de ser necesario. Con el tiempo podrás comenzar a internalizar la afirmación y creer en ella, y así, desaprender la impotencia.
Al ser proactivos y recordar que lo que pensamos que es la realidad es sólo nuestra percepción, podemos desviar nuestros pensamientos y, en consecuencia, lo eventos de nuestra vida. Es muy simple: nuestros pensamientos dictan quienes somos y hacia dónde vamos en la vida.
Tenemos la habilidad de ser canales de la Luz del Creador, pero sólo si creemos que es así.
Cuando el sentimiento de impotencia se acerca a nosotros nuestro trabajo es dejar ir ese pensamiento limitado. Esta es una elección que hacemos diariamente. Nuestras limitaciones no nos definen. Por eso, nuestra conciencia constante debe estar en resistir el sentimiento de que hay poca esperanza y pocas razones para intentarlo. Hay una película completa que se va armando, ésta incluye a otras personas no sólo a nosotros. Al ver esa película completa, podemos comenzar a desaprender el sentimiento de impotencia y comenzar a definir un camino más positivo, uno que esté iluminado por la Luz del Creador.