Este artículo sobre la porción de la semana fue escrito originalmente en 2017
Mostrarle amor a otro ser humano es mostrarle el rostro de lo Divino.
Estamos hechos de amor. El amor es la cualidad definitiva del Creador y también es la esencia de nuestras almas.
Seré sincera. Hace muchos años, cuando leí por primera vez Vayakehel-Pekudéi, me pareció que estos capítulos eran los menos interesantes de toda la Biblia. No obstante, con la ayuda del Zóhar y de los comentarios de los grandes kabbalistas, llegué a apreciar mejor estas historias y su significado. Como consecuencia, la lección de esta semana se ha convertido quizá en una de mis favoritas.
"Estamos hechos de amor. El amor es la esencia de nuestras almas."
Dios le ordenó a Moshé: “Constrúyanme un Tabernáculo para que Yo habite en ustedes”. Tanto Vayakehel como Pekudéi tratan los muchos detalles de lo que ocurría dentro del Tabernáculo, y todo eso era necesario para que esta construcción fuese un lugar en el que la Luz del Creador pudiese habitar. Hay muchos mensajes codificados en las instrucciones que Dios le da a Moshé, las dimensiones del Tabernáculo y cómo se debe manifestar. Pero lo más interesante es que se usaron trece materiales diferentes para crear este lugar.
En el estudio de la Kabbalah aprendemos que el número 13 es significativo, debido a que tiene el mismo valor numérico que la palabra: amor.
Por supuesto, no tenemos un Tabernáculo físico hoy en día, por eso depende de cada uno de nosotros establecer un lugar en nuestro interior donde el Creador pueda habitar. ¿Cómo creamos ese lugar? La numerología nos da la respuesta. El Tabernáculo actual, como lo fue en aquel momento, debe ser creado con amor.
Compartir un acto de amor con alguien más no tiene que ser romántico. Podemos tener actos de amor con amigos, colegas, familiares, incluso con desconocidos. Buscar lo bueno en alguien en lugar de lo malo es un acto de amor. Ayudar a un desconocido también es un manifiesto de amor. Cualquier momento en el que usemos nuestro libre albedrío para dar de nosotros a alguien más es, en efecto, algo que forma parte de este sentimiento. Es dentro de estas expresiones divinas que también creamos un espacio para que el Creador habite.
Fíjate en el hecho de que el Creador no dice: “Constrúyanme un Tabernáculo para que Yo habite entre ustedes”, sino, “…para que Yo habite en ustedes”. La intención siempre ha sido que el Creador habite dentro de cada uno de nosotros. Cuando elegimos al amor en sus muchas formas, emulamos los métodos del Creador, de ese modo construimos nuestro propio Tabernáculo interno.
"Cuando hay amor entre las personas, la Luz de Dios brilla intensamente en todo el mundo."
Una de las cosas que me parecen más interesantes sobre el amor es que hay una reserva infinita dentro de todos nosotros, y aún así hay una gran carencia de amor en el mundo. Esta semana, llenemos el mundo de amor mostrándolo en cada oportunidad que tengamos. ¡Hay muchísimas maneras de hacerlo! En lugar de simplemente enviarle un mensaje de texto a un amigo, toma el teléfono para preguntarle cómo esta y decirle cuánto te importa. Haz voluntariado en un centro para personas desamparadas o en la iglesia que prefieras. Hazle un pastel a tu vecino. Escríbele una carta de amor a tu cónyuge o a tu persona amada. Escucha genuinamente a los demás. Y más importante aún, simplemente estemos a disposición de los demás.
Debido a que 13 es el valor numérico de “amor”, sabemos que cuando dos personas realizan acciones de amor entre sí, obtenemos el número 26, que es el valor numérico de YKVH: el Tetragrámaton, el Nombre de Dios más poderoso.
Cuando hay amor entre las personas, la Luz de Dios habita no solo en nuestro interior, sino que brilla intensamente en todo el mundo.