Estamos enfrentando tiempos interesantes en la actualidad. Mientras cada uno de nosotros sigue atentamente los acontecimientos relacionados con la pandemia, esta semana tenemos una oportunidad única para inyectar energía positiva en el cosmos en beneficio de toda la humanidad. Todas las batallas y las victorias del año se deciden en la noche de la luna llena de Aries, que en hebreo llamamos Séder u orden.
Examinemos la carta astrológica de este evento para comprender mejor el barómetro del mundo. La primera característica evidente es la falta de fuego en la carta, lo cual es bastante inusual para el mes de Aries. Además, Mercurio sigue en Piscis en conjunción con Neptuno, y esto genera dificultades en la comunicación. Saturno entró en Acuario y está en conjunción con Marte. Un gran kabbalista y astrólogo medieval llamado Avraham ibn Ezra escribió que cuando se juntan los dos maléficos, Marte y Saturno, se anulan mutuamente los efectos negativos de cada uno. Esperemos que esto ralentice la pandemia y nos dé un poco de aire para respirar.
Asimismo, Júpiter y Plutón están en la cuarta casa y conducen a todo el mundo a buscar profundidad. Quizá hagamos preguntas más incisivas acerca de dónde pertenecemos verdaderamente. Como sabemos, el ámbito propicio para que esto suceda, la casa de las raíces o el “hogar”, representa nuestro verdadero deseo y sentido de pertenencia. Venus en la octava casa nos está estimulando para mejorar la manera en la que amamos. La Luna en el sensible Libra da color a la carta con un toque de justicia y unión que se aplica al panorama completo, especialmente porque se encuentra en la primera casa. De cierta manera, toda la humanidad es impulsada a buscar un sentido más profundo de la vida, y esas son excelentes noticias.
Entonces, ¿de qué deberíamos cuidarnos? En principio, de la poderosa energía de Aries en el descendiente de la carta. Todos estamos angustiados por el hecho de que los demás no nos aprecian ni nos toman en cuenta. Este temor abrumador al rechazo o a la falta de reconocimiento es exactamente con lo que lidiaremos durante toda la festividad. Es momento de aceptar el reto y desconectarnos de lo que la gente piense de nosotros. Ese es el mejor regalo que esta festividad nos ofrece: volvernos plenos nuevamente, reconectarnos con lo que es nuestra alma, independientemente de la opinión o las expectativas de los demás. Es solo con un fuerte sentido de propósito personal y pertenencia que podremos ganar todas las batallas del año entrante.
En una carta a Rav Berg, su maestro Rav Brandwein escribió: “Pésaj es la festividad de la libertad. Imagina que un ladrón le roba una gallina a su dueño y se arma una contienda. Ambas partes se enfrentan ante un juez de la localidad, que responde: ‘Simplemente suelten a la gallina; ella irá con su respectivo dueño’”. Nosotros somos la gallina en la historia. Elijamos ir con nuestro verdadero dueño: la Luz.
En este “día completo” (1), medita en inyectar una energía hermosa y unificada en el cosmos. Que todos tengamos una conexión de Pésaj maravillosa y significativa este miércoles en la noche.
¡Jag saméaj para todos!
(1) De “Wholly-day”: Holy es “santo” y wholly es “completo” en inglés, cuando se pronuncian suenan igual y se refiere a que un día festivo o sagrado en realidad significa un día de completitud.