Si le preguntaras a alguien si es una persona amorosa, lo más probable es que diga que sí. Entonces, ¿por qué es que tantos de nosotros tenemos problemas para dar o recibir amor? Algunas personas sienten que no tienen la estructura apropiada para recibir amor por la forma en que fueron criadas. A otras el riesgo de salir lastimadas les impide dar amor.
La sabiduría de la Kabbalah enseña que el precepto espiritual más importante es amar a tu prójimo como a ti mismo. Pero tenemos muchas percepciones erradas acerca de la naturaleza del amor que nos impiden acoger en su totalidad las bendiciones que ofrece.
He aquí tres verdades acerca de la naturaleza del amor.
1. El verdadero amor es un amor altruista. Cuando escuchamos la palabra “amor” a menudo pensamos en el amor romántico y esto limita nuestra comprensión de lo que realmente es el amor. El amor romántico consiste en la reciprocidad, apoyo mutuo e igualdad, y una relación sana requiere que ambas partes den tanto como reciben. El amor verdadero por todas las personas va todavía más allá. Significa interesarse profundamente por alguien más y desearle el bien tanto como lo deseas para ti mismo, y nunca se basa en qué vas a recibir a cambio o cómo te hace sentir.
Dado que vinculamos la definición de amor a la clase de amor que hay en relaciones románticas, solemos tener las expectativas equivocadas sobre el amor. Quizá solo estemos dispuestos a ayudar a un amigo si hace algo a cambio. Podríamos dejar de ser amables con alguien en el momento es que es grosero con nosotros. Dar amor verdadero a las personas en nuestra vida e incluso a desconocidos significa compartir sin ninguna expectativa a cambio. Es la forma de amor más profunda y desafiante, pero también es la más satisfactoria.
2. El amor es una habilidad que se puede aprender e implica práctica. Si bien todos tenemos la capacidad innata para amar, es una habilidad como cualquier otra que se debe perfeccionar. Si aceptamos que nuestro propósito en este mundo es ser personas cada vez más amorosas, entonces debemos preguntarnos: ¿Cuánto lo estoy poniendo en práctica realmente?
Muchos de nosotros somos “buenas personas”, pero cultivar el amor verdadero necesita esfuerzo. Pasamos demasiado tiempo tratando de protegernos de una herida en lugar de dar y recibir amor, lo cual requiere vulnerabilidad. No queremos desilusionarnos de nuevo, así que nos reprimimos. O no queremos sufrir una pérdida, así que estamos a la defensiva.
Cada interacción que tenemos es una oportunidad de amar más. Si alguien nos pregunta una dirección, sabemos que lo amable es decir que sí y ayudar. Pero no solo podemos ayudar a esa persona, podemos elegir mostrar amor mientras lo hacemos; es hacerlo desde una perspectiva diferente. Es así como estamos destinados a vivir verdaderamente.
3. El amor es la forma más poderosa de atraer bendiciones a tu vida. Cuando te esfuerzas activamente por pensar y actuar amorosamente para con los demás, sin esperar nada a cambio, creces espiritualmente y eso te dispone a bendiciones increíbles. Al dedicarte a amar a otra persona en realidad estás expandiéndote y, de una manera más profunda, atrayendo gran Luz y regalos a tu vida. El verdadero amor debe incluir la intención de nuestro crecimiento.
Una de las grandes paradojas de la vida es que nuestro ego quiere que obtengamos plenitud al pensar únicamente en nosotros, cuando la verdadera forma de enriquecer nuestra vida es dando amor desinteresadamente a los demás. Nuestra plenitud se basa directamente en cuánto amor estamos dando. Esta es la forma de vivir si quieres sentirte pleno.
Hay pocas cosas que podemos hacer para atraer las bendiciones que necesitamos salvo manifestar amor por otras personas. Este es el trabajo más importante por el que nuestras almas vinieron a este mundo.
El amor es una de las fuerzas más poderosas en el universo y es una herramienta increíble para obtener plenitud duradera. Es tiempo de replantearnos lo que entendemos como amor. Busca el amor activamente cada día. Esfuérzate por compartir amor por todas las personas en cada aspecto de tu vida. Practica compartir desde el altruismo y ten presente que estás desarrollando tu capacidad para amar y recibir bendiciones infinitas en tu vida.