Este artículo fue publicado originalmente en 2019.
Bienvenidos al mes de Sagitario, Kislev en hebreo, simbolizado por el centauro con arco y flecha.
Como personas, los sagitarianos se relacionan con todo lo que sea expansión, ya sea expansión física, a través de viajes y exploración, o expansión mental, a través de filosofía, lectura, pensamiento y escritura. La energía de Sagitario contiene a Janucá, la ventana de ocho días en el tiempo a través de la cual fluye la energía de los milagros a este mundo. Como resultado, las personas nacidas en este mes poseen una especie de “conocimiento” simple de que los milagros pueden ocurrir y que en efecto ocurren, una característica positiva que los hace ser inherentemente afortunados en la vida.
“Los milagros pueden ocurrir y que en efecto ocurren”.
Al ser un signo de fuego, los sagitarianos usualmente no son conocidos por su tacto y sensibilidad. Como el arquero que simboliza este mes, las personas nacidas bajo este signo pueden lanzar sus palabras como flechas sin tomar en consideración qué escuchará exactamente la otra persona y cuánto puede manejar. Como resultado, parte de su corrección es practicar constantemente hacer una pausa antes de hablar y conscientemente salir de su marco personal para pensar en los demás.
Debido a que todos estaremos afectados por esta energía sagitariana durante las próximas cuatro semanas, nos corresponderá ser especialmente cuidadosos en cuanto a lo que decimos y cómo lo decimos durante este período de tiempo.
“Nuestras palabras tienen poder, y podemos usar ese poder para bien o para mal”.
La porción Vayetsé de la Biblia (que leeremos este mes) nos cuenta la historia de cómo Rajel le robó los ídolos a su padre Laván porque ella no quería que él los adorara. Yaakov, su esposo, sin saber que ella había sido la que los había tomado, le dijo a Laván: “Quien sea el ladrón sin duda debe morir”. Luego, debido a esas palabras, Rajel murió mientras daba a luz. A pesar de que Yaakov no sabía las ramificaciones de lo que había dicho, sus palabras tuvieron el poder de dictar el desarrollo de los eventos.
Constantemente nos rodean ángeles, y ellos transmiten inmediatamente lo que sea que salga de nuestra boca en un intento de manifestar esa energía. Nuestras palabras tienen poder, y podemos usar ese poder para bien o para mal. Podemos usar nuestras palabras para traer más Luz al mundo, para crear milagros, o para ayudar a manifestar nuestros sueños. Al mismo tiempo, podemos usar nuestras palabras para hablar mal de otros, para hacer sentir mal a las personas, para atraer oscuridad al mundo.
Es verdad, ninguno de nosotros estamos en el nivel espiritual de Yaakov y Rajel, así que nuestras palabras no tendrán necesariamente el mismo efecto poderoso que tuvieron las de ellos. Pero sin importar en qué nivel estemos, debemos estar conscientes de que lo que decimos crea nuestro futuro.
Este mes, debemos asegurarnos de que las flechas que lancemos al universo sean positivas para que solo traigan positividad y Luz de vuelta hacia nosotros y al mundo.