Como sabemos, Rosh Hashaná coincide con la Luna Nueva de Libra y, como mi padre, Rav Berg, solía recordarnos siempre, debido a la conexión que hacemos juntos en ese momento (al preparar y establecer cómo será nuestro año con toda la Luz y las bendiciones que podremos manifestar) este es realmente el momento más importante del año.
Cada año tiene su propia Luz y energía únicas, y este año en números hebreos es el año Tav Shin Ayin Vav, lo cual deletrea la palabra teshuá. Teshuá significa “ganar”, especialmente ganar en la batalla o en la “redención”. Esto quiere decir que, de todos los años que han transcurrido, este año tiene dentro de sí el potencial para despertar una gran cantidad de lo que llamamos Redención, tanto nuestra redención personal en los momentos en los que necesitamos asistencia en nuestros propios desafíos y dificultades, como redención global. Este es un año en el que podemos dar pasos agigantados para acercar el mundo al Fin de la Corrección. Como la mayoría de nosotros recordamos, este es el propósito real de estudiar Kabbalah: poner fin al dolor, al sufrimiento y la muerte.
Este es un mensaje muy positivo, obviamente; queremos traer sólo cosas buenas al mundo. Pero no podemos olvidar que existe una fuerza opuesta que dificulta nuestro trabajo y que el Zóhar llama Sitrá Ajrá, el Otro Lado, el cual está equilibrado con el lado positivo. Y esa fuerza hará todo lo que esté a su alcance para evitar que ganemos esta batalla.
Por ende, quizás la conciencia más importante y fundamental que debemos retomar en este Rosh Hashaná es, como el Rav nos recordaría, que estamos en guerra… y la guerra se manifiesta de muchas formas. No podemos olvidar esto, que estamos en guerra, porque si lo hacemos es imposible que ganemos. Esa es la razón por la cual el Rav llamaba a la sinagoga (el lugar donde rezamos) el Salón de Guerra. No porque sea un nombre atractivo, sino porque el Rav sabía que lo que hacemos con estas oraciones es ir a la guerra. Y eso es realmente lo que deberíamos estar haciendo con todo nuestro trabajo espiritual. El Centro existe para ser un lugar que inspire, despierte y nos dé a todos la capacidad de combatir las fuerzas del Lado Negativo, de pelear contra las fuerzas que continúan trayendo muerte, destrucción y dolor a nuestro mundo.
Por tal motivo, cuando hablamos acerca de teshuá, o ganar en la batalla, primero debemos retomar la conciencia de la batalla, lo que quiere decir que cada uno de nosotros entiende y está claro del hecho de que no realizamos cualquier acción espiritual generosa o conexión sólo para ser personas espirituales o para traer más Luz a nuestra vida. Eso es secundario. La razón principal por la cual nos conectamos y asistimos a Rosh Hashaná es para luchar en contra de las fuerzas oscuras de este mundo que quieren mantener el statu quo de dolor, sufrimiento y muerte.
Cuando tienes esa conciencia, cambia tu perspectiva acerca de lo que estás haciendo y la manera como lo estás haciendo, y también aclaras porque nunca puede ser fácil. La batalla no es fácil, pero la victoria, especialmente esta, es lo más importante que podemos lograr con nuestra vida y para el mundo.
Así que, en este año de teshuá, este año de triunfo y victoria sobre las fuerzas de la oscuridad y de separación, el mensaje más importante es reencender, reactivar e inspirarnos nuevamente para estar claros de que nos encontramos en una batalla. Y también debemos renovar nuestro compromiso. Debemos decir: “Este año no me comprometo a ser una persona espiritual, no me comprometo a traer Luz y bendiciones a mi vida. Mi prioridad principal y mi compromiso están en encender nuevamente la conciencia de la batalla, la conciencia de que me encuentro en una guerra. Por ello, todo lo que hago a partir de este momento, toda la Luz y la energía que quiero atraer en Rosh Hashaná es principalmente para obtener la conciencia y la fortaleza para luchar en contra de las fuerzas de la oscuridad y la separación, tanto personales como globales, cada día de todo este año que está por venir”.
Cuando la gente viene al Centro y les preguntas por qué han venido, pienso que muchos dicen que se debe a que quieren ser mejores personas, quieren cambiar, crecer y ser espirituales. Pero ese es el mensaje equivocado. El único mensaje que estudiantes, maestros y todos nosotros juntos como una comunidad global en Rosh Hashaná deberíamos transmitir es que vamos a la batalla.
Pido por mí y por todos nosotros que en este Rosh Hashaná nos unamos nuevamente a la batalla. Y si podemos despertar nuestra conciencia ante esta batalla, y comprometer todo nuestro trabajo en Rosh Hashaná y dedicarnos a esta batalla a lo largo del año, entonces indudablemente todos mereceremos y el mundo merecerá —a través de nuestro trabajo— teshuá: ganar esta batalla. Jag Sameáj.