Mañana damos la bienvenida a Rosh Hashaná y, consigo, al comienzo de un nuevo año. En este momento, el potencial que tenemos para crear o rediseñar nuestra propia vida está en su punto máximo. Rosh Hashaná, o “la cabeza del año”, cae el primer día del mes de Libra. El don de Libra es el equilibrio, la justicia y la armonía, y a lo largo de este mes nos beneficiamos de ver con una mirada clara y compasiva todos los lados de nosotros mismos, de los demás y de las situaciones.
¿Quién no quiere más armonía y equilibrio?
La Kabbalah se diferencia de muchos otros estudios espirituales en que la Kabbalah es un verbo. Significa “recibir”, pero ser receptivo no es tarea fácil. Recibir no es pasivo, es algo que tenemos que elegir y solo recibimos en la medida que elegimos recibir. Por ejemplo, alguien que esté leyendo esto se ha despertado esta mañana y eso es una bendición. Pero ¿recibieron realmente esa bendición todos los que están leyendo esto? Para recibir tenemos que ser conscientes, reconocer las bendiciones que nos rodean y sentir la alegría y el bienestar que eso conlleva. Tenemos que participar activamente en el recibir y, a menudo, eso implica aceptar una de mis cosas favoritas: el cambio.
Si hay algo en tu vida que no te agrada, tienes todo el poder para cambiarlo. Debo aclarar aquí que hablo menos de las cosas por cambiar en sí y más de lo que cambia dentro de ti. Así como el cambio que se produce cuando, en lugar de posponer a regañadientes tu alarma matutina, te despiertas consciente no solo de la bendición de otro día, sino con entusiasmo sobre el impacto positivo que puedes hacer. Esto crea un cambio del Deseo de Recibir Para Sí Mismo a desear ser como el Creador, Deseo de Recibir para Compartir.
Cuando nos guiamos por este tipo de deseo, podemos crear una nueva realidad más allá de lo que jamás creímos posible. “¿Cómo lo hago?”, te preguntarás. ¡Buenas noticias! Se puede resumir en una palabra.
Bondad.
Poner esta palabra en acción a diario es el camino más rápido hacia la transformación que tenemos a nuestro alcance. Es una varita mágica, es tejido conectivo, un poder sanador e inspirador como ningún otro. Los kabbalistas incluso dicen que la bondad constante es la forma más segura de conseguir todo lo que siempre has deseado.
Hace unos años, me lesioné un pie y he de admitir me estaba costando tener la disposición para la cirugía que necesitaba. Como dice la frase: estaba empantanada. Me gusta esta expresión y, para quienes no la conozcan, esencialmente significa estar inmerso o enredado en detalles o complejidades. Un día, al salir del gimnasio después de hacer ejercicios que fuesen gentiles a mi tobillo, una de mis amigas me preguntó por el pronóstico de este.
Le respondí contándole de la inminente operación, ¡la que me tenía empantanada! Con entusiasmo, exclamó: “¡VAYA! ¡Pueden arreglarlo! Es increíble, me alegro mucho por ti”.
¿Cuántos de nosotros habríamos respondido con alegría al oír que alguien necesita operarse? Creo que la respuesta habitual es una amable preocupación o incluso condolencias. Pero en este caso, ella compartió su alegría genuina de que mi lesión pudiera arreglarse y, lo que es más, cambió por completo mi perspectiva. “¡Es verdad! ¡Se puede curar! Es increíble”. Y con unas simples palabras de bondad, todo cambió para mí.
Ese es el poder transformador de la bondad. Mi esposo Michael dice que “cuando actúas con bondad y generosidad de espíritu con los demás, entonces las bendiciones de […] la bondad vienen a ti; así como nos comportamos en nuestros pensamientos, acciones y palabras con otras personas es como el Creador se comporta con nosotros, y es el tipo de Luz y energía que atraemos a nuestra vida”. Cuando actuamos con bondad, nos alineamos con la Luz, el mismísimo lugar desde el que se manifiestan todos los deseos.
Así como mi amiga del gimnasio me ofreció una bondad que cambió mi perspectiva de una forma muy profunda, me recordó el poder de mi propia bondad. Una palabra bondadosa de mi parte puede ser todo lo que se necesita para animar alguien a dar el paso, a ser valiente o perseguir un sueño que da temor. Todos tenemos la oportunidad de cambiar la vida de otra persona cada día, y a veces solo con unas pocas palabras.
Durante Rosh Hashaná tenemos la oportunidad de realmente tener claridad acerca de lo que queremos atraer a nuestra vida. Sin embargo, es igual de importante pensar en la persona que somos en el camino hacia cumplir nuestros deseos. ¿Podemos manifestar el éxito sin bondad? Desde luego. Pero ¿nos traerá la plenitud y la alegría que en realidad buscamos? Absolutamente no. A través de la bondad es que nos convertimos en un participante activo en la manifestación de la mejor versión de nuestra vida. La bondad es una fuerza creativa porque, literalmente, nos cambia… a nosotros y a quienes nos rodean.
El deseo es un regalo del Creador, y mientras reflexionas sobre tus deseos para el próximo año, vincúlalos firmemente a la bondad dentro de tu corazón. Durante los próximos 365 días, cuando tengas la oportunidad de ser bondadoso, sé bondadoso. Cuando tengas la oportunidad de dar, da. Comparte tu bondad cada vez que puedas, incluso y especialmente cuando no quieras compartirla. Haz de la bondad una práctica vehemente cada día y observa cómo tus deseos llegan de las formas más inesperadas y poderosas.