Este artículo ha sido previamente publicado en el 2017.
El poder de la bondad, la compasión y el amor a veces llega a nuestro corazón en las noches más oscuras. Aunque sea difícil de aceptar en medio de los desafíos, la verdad es: sin desafío no hay crecimiento. Sin oscuridad no hay Luz.
“Sin desafío no hay crecimiento. Sin oscuridad no hay Luz”.
Por ejemplo, fíjate en la porción de Toldot en la cual Rivká, la esposa de Yitsjak, queda milagrosamente embarazada de gemelos, Yaakov y Esav. Aún cuando ellos estaban en el vientre, Rivká sentía sus contrastantes energías en forma de fuertes dolores de embarazo, por eso le preguntó a Dios qué estaba pasando en su interior. Dios responde: “Tienes dos naciones en tu vientre”. Resultó que Yaakov fue un hombre de estudio y espíritu, mientras que Esav fue totalmente opuesto, era la personificación del Deseo de Recibir para Sí Mismo, es decir, la mezquindad y el ego.
Podríamos preguntar, tal y como Rashí lo hizo, ¿cómo estas dos almas tan elevadas, Yitsjak y Rivká, pudieron traer un alma como Esav a este mundo? La respuesta es clara cuando consideramos la idea de que la Luz no proviene de la Luz. La Luz viene de la oscuridad. Todo el universo opera en polaridad. Esav era completamente negativo y, por lo tanto, tenía el potencial para realizar la mayor transformación. Los kabbalistas revelan que Esav representa el Deseo de Recibir para Sí Mismo que existe en todos nosotros y nos recuerda el magnífico poder infundido en nosotros para convertir esa energía en algo positivo.
“La Luz no proviene de la Luz. La Luz viene de la oscuridad”.
A veces desearíamos no tener ningún tipo de desafíos y que la vida fuese como un paseo por el parque. Pero es más enriquecedor saber que con herramientas espirituales y una voluntad de hacer introspección y participar en el trabajo interior podemos superarnos y revelar más del propósito de nuestra alma, día tras día. De ese modo convertimos la oscuridad que una vez nos rodeó por completo en un beneficio, en el pago de una deuda kármica. Un buen ejemplo es una persona que superó una adicción, un abuso o cualquier otro tipo trauma, y puede avanzar para así ser un faro de esperanza y sanación para los demás. Nuestros desafíos son oportunidades de oro para abrir nuestro corazón y disfrutar la bendición de estar más integrado en la vida de quienes nos rodean.
Sin importar la dificultad por la que estemos pasando, el desafío espiritual siempre es el mismo: reconocer que la oscuridad que estamos enfrentando es la oportunidad precisa para revelar nuestra belleza, nuestra fortaleza interior y nuestra Luz en este mundo.
Deseo que tengas toda la energía y el poder que necesitas para enfrentar con gracia y conciencia cualquier adversidad que se presente hoy. Al hacerlo, deseo que pruebes la dulce agua del pozo del camino espiritual y seas por siempre alimentado por ella.