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Certeza más allá de la lógica

Rachel Soumekh
Junio 10, 2014
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La porción de la Torá de Shlaj Lejá puede parecer un poco confusa, pero ésta provee un concepto clave para nutrir nuestro proceso espiritual.

El Creador les dice a los israelitas que ahora están listos para entrar a Israel, a la Tierra Prometida, la Tierra de la Leche y la Miel. Los israelitas rechazan la invitación y el Creador le pide a Moshé que seleccione a 12 personas (12 de las personas más elevadas en términos espirituales pertenecientes a la generación de Moshé) para que entren a la tierra de Israel y actúen como espías. Los kabbalistas explican que, para los israelitas, entrar a Israel no era sólo una acción física, sino que se refiere al siguiente nivel espiritual en el camino de un individuo.

Antes de enviar a los espías a Israel, Moshé les pidió que verificasen si había árboles allí. ¿No es obvio que debería haber árboles en Israel? Incluso en un desierto crecen los árboles y aquí estamos hablando de la Tierra de la Leche y la Miel. Lo que Moshé realmente estaba diciendo era que él quería que los espías conectasen con el Árbol de la Vida; Moshé quería que conectasen con la conciencia más elevada simbolizada por la tierra de Israel.

Tanto Moshé como el Creador sabían que los israelitas no estaban completamente listos (en términos de conciencia) para entrar a la tierra de Israel.

Diez de los doce espías regresaron de Israel con reportes negativos, y los otros dos (Caleb Ben Yefuné y Joshua Bin Nun) trajeron reportes positivos. Los israelitas aceptaron los reportes negativos y escogieron no entrar a la tierra de Israel. Si bien pudieron haber entrado a Israel en sólo 11 días, la consecuencia por aceptar los reportes negativos fue un exilio de 40 años, hasta que los espías y todos los israelitas que estaban involucrados murieron (excepto Caleb y Joshua).

Una de las preguntas que los kabbalistas hacen es: ¿Cómo es posible que estas almas elevadas trajeran reportes tan negativos? Los kabbalistas explican que los reportes de los diez espías eran descripciones literales de la situación real en la tierra de Israel para aquél momento. ¿Qué vieron los otros dos espías que el resto no vio? Y si los reportes negativos estaban describiendo la realidad ¿por qué no les fue permitido a esos diez espías (y al resto de la generación de israelitas) entrar a Israel?

El Rav Berg explica que el problema no fue los reportes negativos. El verdadero (y único) problema fue la conciencia de los espías que entregaron los reportes negativos.

Antes de que Caleb comenzase su misión, tomó un desvío e hizo un esfuerzo para ir a visitar la “Cueva de los cuatro” en Hebrón. Él sabía que sería probado y por ende necesitaría la ayuda y el apoyo de los justos (aquí aprendemos un poco acerca del poder de visitar las tumbas de las almas justas).

Moshé cambió el nombre de Joshua antes de que fuese a Israel. Su nombre original era Hoshea y Moshé agregó la letra Yud al comienzo del nombre para darle a Joshua energía y apoyo extra para que pudiera elevar su conciencia y “pasar la prueba” con éxito.

El problema con los otros diez espías es que estos no se esforzaron por intentar conectar con la verdad. Ellos vieron la situación en la tierra de Israel (los gigantes y las otras naciones fuertes) y escogieron creer en ello a pesar de lo que Moshé y el Creador dijeron.

Para que los espías hiciesen el trabajo apropiadamente y ganasen el derecho y el mérito para que los israelitas entrasen a Israel, necesitaban dejar ir completamente la realidad que tenían delante de ellos y no ser afectados por ella. Necesitaban tener confianza y certeza más allá de lo que sus ojos les mostraban y lo que sus corazones les permitían creer. Ellos pudieron haber accedido a la conciencia más elevada y poner de lado a la lógica. Si hubieran seguido el consejo de Moshé, habrían despertado un nivel de certeza que habría cambiado completamente la realidad de los israelitas.

Cuando Caleb estaba de pie frente a los israelitas después de regresar de su misión, él no negó el hecho de que existían gigantes y otros peligros en la tierra de Israel. Pero él tenía 100% certeza en la Luz y en Moshé, y sabía que si enviaban a los israelitas a la Tierra Prometida, tendrían la misma certeza para entrar a la tierra sabiendo que todo resultaría bien.

A través de esta porción podemos acceder a la conciencia de una creencia sencilla: certeza más allá de la lógica y despertar ese nivel más elevado de conciencia dentro de nosotros (el Rav Berg lo llama: Emuná Peshutá; Rav Áshlag lo llama Emuná Lemala Min Hadat). A través de la energía que se encuentra en Shlaj Lejá, podemos aprender cómo no ser afectados por la ilusión de la lógica ni ser engañados por lo que nuestros ojos o nuestro corazón nos muestra.

Nuestros maestros, el Rav y Karen Berg, nos otorgan todas las herramientas que necesitamos para nuestro viaje y proceso. Sólo necesitamos seguirlos.


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