Admitámoslo. Todos tenemos a cierta persona que simplemente no soportamos. No podemos explicar a ciencia cierta por qué, pero ¡sí que logra enojarnos! Quizá sea la manera en que actúa, las decisiones que ha tomado, o tan solo nuestras personalidades son muy dispares. Solemos escuchar que debemos “amar a nuestro prójimo”, pero ¿por qué es tan difícil hacerlo, en especial cuando se trata de ciertos individuos?
"Los kabbalistas enseñan que el mundo es como un gran espejo."
Los kabbalistas ancestrales enseñan que cuando vemos una cualidad que no nos agrada en alguien más, se debe a que tenemos algún elemento de esa cualidad en nosotros mismos. Es un trago amargo, ¿no? Pues bien, analicemos lo que esto significa realmente.
Los kabbalistas enseñan que el mundo es como un gran espejo. Lo que vemos en los demás de hecho es una proyección de nosotros mismos; o más específicamente, nuestro estado de conciencia. En otras palabras, no veríamos algo malo en alguien más si no tuviésemos al menos una fracción de ese elemento en nosotros. En este sentido, podemos comenzar a ver cómo las características que nos enojan de los demás suelen ser indicadores de lo que necesitamos trabajar en nosotros.
"Significa que vemos cada obstáculo y dificultad como una oportunidad para que crezcamos y nos acerquemos al Creador."
Piensa en alguien que no te agrade mucho. ¿Qué es lo que más te molesta de esta persona? Quizá tiene poca paciencia y tiende a explotar. Ahora, el hecho de que esto te molesta debería indicarte que la ira es un problema para ti; pero no necesariamente en la misma forma. Quizá tiendes a contener tu rabia y guardártela. Si bien la manera en la que la otra persona maneja la ira puede ser muy diferente a tu método, la raíz del problema es el mismo.
Cuando vemos algo que no nos agrada en alguien más, es una oportunidad para reflexionar sobre nosotros mismos. Al hacerlo, podemos conocer lo que hay en nuestro interior y debemos trabajar. La gente que más logra alterarnos en realidad son simplemente las personas que pueden impulsarnos a mejorar.
Asimismo, según los kabbalistas, el Creador no ve ninguna negatividad en el mundo, solo positividad. La Kabbalah nos enseña que nuestro trabajo en la vida es ser como el Creador en nuestros pensamientos y acciones. Esto significa que debemos aprender a ser más generosos, más amorosos y ver las bendiciones en cada situación; sin importar cuán negativa pueda parecernos. Ver solo positividad en el mundo no significa que vivamos en negación y fingiendo que los desafíos no existen. Al contrario, significa que vemos cada obstáculo y dificultad como una oportunidad para que crezcamos y nos acerquemos al Creador.
Por lo tanto, cada vez que nos enfocamos en las cosas que no nos agradan en otras personas, nos estamos apartando del Creador y desconectándonos de la Luz. A su vez, cada vez que nos esforzamos en ver lo bueno en la gente y en nosotros mismos, damos un paso más hacia la Luz.