La porción Trumá es muy hermosa. A nivel físico, la historia habla de la recolección de materiales para la construcción del Mishkán, el Tabernáculo. Sin embargo, en la esencia de esta lectura, y este Shabat, en realidad hay un despertar de nuestra alma y corazón para una conexión con la Luz del Creador. Y en la porción Trumá del Zóhar están la mayoría de las secciones más hermosas del Zóhar que hablan sobre ese despertar de nuestra alma y corazón. Así pues, lo que de verdad es particular de este Shabat Trumá es la ayuda que recibimos de la Luz del Creador para abrirnos y sentir el despertar de nuestra alma y corazón.
La porción inicia con el Creador diciéndole a Moshé sobre los israelitas: “Di a los hijos de Israel que Me traigan una ofrenda […] toda persona” mit kol ish asher yidvenu libó, “que la diere de su voluntad, de corazón” kol ish ticjú et terumatí, “de ellos tomarán Mi ofrenda”. Y hay una hermosa enseñanza del nieto del Baal Shem Tov sobre esto. Él dice que el uso que el Creador hace de la palabra li aquí es importante; significa que el Creador está diciendo: “tómenme”, como si la Luz en realidad estuviese esperando que la tomáramos.
Pero ¿cómo podemos tomar la Luz? ¿Cómo podemos hacer lo que el Creador nos pidió que hiciéramos? Es un entendimiento completamente diferente sobre cómo hacemos nuestro trabajo espiritual; no nos estamos conectando con la Luz ni atraemos parte de ella. Más bien debemos apropiarnos de la Luz. Y si lo hacemos, comenzaremos a sentirla, y a sentirla de manera diferente. Entonces la pregunta pasa a ser: ¿Cómo tomamos la Luz del Creador para que se quede con nosotros todo el tiempo? La manera más importante y poderosa de hacerlo es a través de la conexión con las palabras del Zóhar. ¿Por qué? Porque las palabras del Zóhar, como ya hemos dicho, son la esencia de la Luz del Creador.
No obstante, la conciencia que tenemos cuando nos conectamos con el Zóhar es increíblemente importante. Con cada palabra que decimos, recorremos visualmente o estudiamos, necesitamos meditar sobre el hecho de que, aunque las palabras parezcan expresarse hacia fuera, en realidad las estamos interiorizando; con cada palabra asimilamos la esencia de la Luz del Creador. Y por eso es que, como suelo mencionar, es importante pronunciar las palabras del Zóhar para que regresen a través de nuestros oídos. Por que el propósito y el proceso de conectarnos con la esencia de la Luz del Creador o, más importante aún, tomar la Luz del Creador al leer o recorrer visualmente el Zóhar, no es revelar, sino interiorizar. Y cuando pronunciamos las palabras del Zóhar, y nuestros oídos las escuchan, interiorizamos esas palabras y a su vez a la esencia de la Luz del Creador.
Así pues, cuando la Luz dice en la porción de Trumá: “Necesito que Me tomes”, el Creador realmente nos está diciendo: “No necesito que te conectes Conmigo, no quiero que atraigas algo de Mi Luz; necesito que interiorices Mi esencia en ti”. Y, por lo tanto, no hay herramienta más poderosa en el mundo para tomar la Luz y traerla hacia nosotros que recitar, oír o leer las palabras del Zóhar. Pero tiene que hacerse con esta conciencia: mientras decimos las palabras del Zóhar, sabemos que son la esencia de la Luz del Creador y que las interiorizamos cuando las escuchamos, nos apropiamos de la esencia de la Luz del Creador. Si lo leemos de este modo, deberíamos sentir que nuestra alma y corazón se despiertan y se llenan de la Luz del Creador. Y en Shabat Trumá recibimos la ayuda del Creador para abrirnos a este despertar.