Los kabbalistas enseñan que cada día de nuestra vida es una batalla; no con otras personas, ni con situaciones ni con nosotros mismos, sino con nuestro ego. Nuestro ego no es el reflejo de quienes somos, es la compilación de nuestras tendencias egoístas y limitantes que nos impide crecer y compartir. Esta batalla es el trabajo que nuestra alma vino a realizar. Podemos usar la energía de la semana de Qui Tetsé para redirigir nuestra atención hacia nuestro interior, a la verdadera labor de revelar la totalidad de nuestra alma.